Jorge Elias Gomez, Opinión

Murió Alfonsín, que ¡¡¡Viva la democracia!!!

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El ex presidente Raúl Ricardo Alfonsín, durante su primera visita a Mar del Plata, luego de entregar el poder en 1989. El reportaje fue efectuado en el prácticamente abandonado Hotel Hurlimghan en Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos. La austeridad y la sencillez fueron otros de sus atributos. (foto. Raúl “Mandrake” Couto)

1 de abril de 2009

El doctor Raúl Alfonsín sostuvo reiteradamente con una mezcla de pena y alegría “Me quieren, pero no me votan “, en una síntesis de reconocimiento que recibía en todos los ámbitos nacionales e internacionales. Hay políticos que lamentablemente cada vez que lo mencionan, lo hacen para recordarlo para la hiperinflación, por el Felices Pascuas o por la reforma constitucional que permitió la reelección de Menem en 1995.

Escabullen muy bien el contexto y las razones. Este hombre, fue el abanderado de la recuperación de la democracia para todos los argentinos y no existe en las últimas décadas del país, quien haya prestigiado la democracia, la institucionalidad y los derechos humanos, nadie como él. Muchas cosas le quedaron por hacer al gobierno de Raúl Alfonsín, y con el transcurso de los años, hay mucha s lecturas que permiten acceder al análisis y la verdad de manera contundente.

Seineldín, Rico, y otros militares, lo empujaban desde los cuarteles, Ubaldini desde la CGT, con 14 paros generales, luego premiado por el P.J. con una banca de diputado nacional, votándole leyes para Carlos Menem, la Iglesia reaccionaria, la patria financiera, fueron orquestando un plan de salida anticipada que Carlos Menem se encargó de capitalizar en 1989.

“Me quisieron sacar escupiendo sangre” decía también el ex presidente. Hoy, otro ex presidente que habla desde los atriles penosamente se queja porque el país se ha dado vuelta, por un justo reclamo de los ruralistas. Es interpretado por Moyano, D´Elía, y por una segunda línea de su gobierno.

Hasta la infeliz frase “Qué quiere que les diga a los ruralistas, que está todo bien, felices pascuas “, expresado por la presidente de la Nación, Cristina Kirchner, es un innecesario gesto de confrontación, que divide irreversiblemente a los argentinos, que creen en la democracia, que no son golpistas y estuvieron siempre en la Plaza de Mayo, cuando la democracia tambaleó de verdad.

Si hay un político en la Argentina incuestionable desde su honradez, intachable vida republicana es precisamente el doctor Alfonsín, quien así es reconocido en todo el mundo. En el momento de sufrir su accidente en la ruta, que lo dejó un mes con respirador artificial, los argentinos produjeron un quiebre en el sentimiento hacia su figura. Su increíble recuperación física ya que salió de un estado de coma 3 sirvió para su reconciliación y reivindicación con la sociedad argentina, de la cual hoy disfruta como indudablemente se lo merece.

Dijo monseñor Justo Laguna “cuando Alfonsín era presidente y recibió fuertes silbidos en la inauguración de la exposición Rural, Alchourrón (su presidente) dio un durísimo discurso contra él. Cuando finalizó se acercó al ex presidente y le preguntó “Si estaba enojado”; a lo que Alfonsín respondió: “Enojado, ¿Por qué? Esto es una democracia. Usted dijo lo que pensaba, y a mí me parece muy bien que todo el mundo diga lo que piensa, evidentemente no es el mismo clima que se vive hoy “recuerda monseñor Laguna.

¿Cómo olvidar los dos días de Semana Santa, parado junto a mi esposa e hijos en una de las ventanas del banco de la Nación frente a la Plaza de Mayo? Cómo olvidar aquel recibimiento en Chascomús, cuando dejó la presidencia de la Nación? Esa tarde fría pero soleada, donde hubo que viajar con bidones  de nafta en los baúles de los autos, ya que no había combustible. Esa manifestación espontánea que reunió 10.000 personas quizás en el día más triste y también de gran felicidad, ya que transmitía el mando a otro presidente elegido por el pueblo, después de los años más aciagos vividos por el gobierno de la Dictadura Militar.

Desde los atriles aparecen quejas de quienes formaron parte de la liga de los gobernadores, que iban abrazados con Antonio Cafiero, gritando por Plaza de Mayo “Patria mía danos un presidente como Alan García”, ciegos por el poder que habían perdido. Hay que hacer funcionar el Congreso de la Nación, de manera independiente, no quejarse como escolares caprichosos, como ha ocurrido recientemente.

Si hoy hablamos de los Derechos Humanos es porque Afonsín consolidó la democracia con el juicio a las Juntas de Comandantes, sabiendo que eso le significaría a la UCR conflictos en todos los órdenes, pues favorecía la alianza entre los interese económicos que habían dominado la Argentina de los ´70. Los intereses del peronismo, que no aceptaba no tener el poder y los intereses de los militares. Recordemos que el PJ en la campaña presidencial de 1983, dijo que aceptaba la Ley de Amnistía de los militares y que luego Seineldín fue beneficiado más de una vez por Menem y que fue quien los indultó.

Es fácil cargar las tintas sobre las  leyes de Obediencia Debida y Punto Final, es fácil lo más difícil, porque para ello hay que tener moral política, es decir es que si hubo leyes de Obediencia Debida y Punto Final, es porque antes hubo juicios a las juntas, y que si el presidente no hubiera sido Alfonsín, sólo hubiéramos tenido vagos recuerdos y ninguna certeza de lo que pasó en la Argentina, el lunes es fácil escribir el diario del domingo.

El doctor Raúl Ricardo Alfonsín es una reserva de la democracia de los argentinos, y lo ocurrido en el Teatro Argentino de La Plata debería ser repetido en cada pueblo de nuestro país, como ejemplo de convivencia y apertura patriótica. A él si le hicieron una verdadera conspiración contra la democracia, no lo dejaron gobernar las corporaciones, entre ellas la política muy bien identificada con el correr de los años.

Esto de los destituyentes y del “gattopardismo” de los golpistas, es un verdadero cuento chino que también desde el atril se usa como pantalla, para ocultar el fracaso a través de la mentira, atacando injustamente a la prensa libre e independiente.

A Alfonsín le dejaron el país vacío, con una gigantesca deuda externa, en cesación de pagos, con 10.000 desparecidos, con un poder represivo que aún hoy continúa, enquistado en los organismos nacionales, con precios internacionales de los alimentos en su nivel más bajo de todos los tiempos, los ríos que producían energía hidráulica para generar electricidad, se podían cruzar a pie por el bajo nivel de sus cotas. Se cayó un avión de Austral en medio de una tormenta tropical y la oposición  salió a culpar a su gobierno. Todo está documentado, como también los errores que el también ha reconocido que cometió. En 1983, no lo dejaron el país con un dólar a $ 3.00.-

Por estos días se vuelve imposible habitar con dignidad la Capital Federal y el conurbano bonaerense, cuando Alfonsín propuso el traslado de la capital del país a Viedma, se lo consideró poco menos que un delirio. Cuando Alfonsín habló de la colombianización de la política muchos  se preguntaron ¿De qué estará hablando este hombre? , muy pocos lo comprendieron y ahora lo estamos padeciendo.

Cuando se le pregunta qué es lo que más lamenta, de lo que no pudo hacer en su gobierno dice: “no  haber podido haber trasladado la Capital Federal a Viedma”·, tal vez no era el momento “. Cualquiera a la luz de lo que estamos observando, puede sacar sus propia conclusiones, cuando debemos financiar políticamente un conurbano bonaerense que vive de la prebenda política, y es uno bolsón que está deteniendo el  avance del país, después de favorables circunstancias internacionales que no tuvieron antecedente en la historia de la vida de los argentinos.

Durante su gobierno se considero un delito, haber intervenido el mercado importando pollos, para que no subiera el precio. Este es agitado como un hecho de corrupción.

¿Que se vive hoy con los manejos del INDEC? hay que preguntarse. Los sectores más conservadores, horadaban su poder blandiendo el tema de los pollos de Mazzorín.

A todos quienes no supieron comprender sus principios,  aún con errores cometidos, propios de la complejidad de un país que es habitado por argentinos. Sólo resta un reconocimiento que muchas veces llegó tarde, en algunos casos no llegó nunca, pero las generaciones venideras deben saber quién fue el ícono de la tolerancia y el diálogo.

Quién fue el que abrió el juego a las instituciones de la República, malentendidas e interpretadas, que condenaron a nuestros compatriotas a ser cada vez más pobres.

Murió Alfonsín, que ¡¡¡Viva la democracia!!!

Enlace referido:

El peronismo es tóxico para la democracia

diciembre 10, 2013 1:28 am

 

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

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