Guillermo Montenegro no escapa a las prácticas de manual de la casta. Es un fiel exponente de una categoría de políticos que ahora desembocan en LLA, como si fueran la verdad revelada. Es un estilo, el mismo que lo depositó como un intendente cargado de contradicciones.
Enfocado en el crédito fácil de combatir al kirchnerismo, arrastró los votos de una coalición funcional a sus intereses de continuidad. El objetivo ahora: No perder el tren de subir al mileísmo, en uno de los peores momentos que recuerde General Pueyrredon.
De hecho, ya se ha ausentado de sus funciones para las cuales fue reelecto en 2023. Su partida es inminente, y no lo disimula en absoluto. Hoy caen Textilana, Sadowa, Mar del Plata a las 19.00 hs parece Vivoratá, mientras las crisis de empresas pesqueras y navales, copan la agenda informativa acumulando datos negativos desde hace un año aproximadamente. Hoteleros y gastronómicos ya bajan sus persianas.
El silencio del intendente aturde, no obstante se amplifica su alejamiento y se ampara de las consecuencias.
El gasto en publicidad es un pilar excluyente para el intendente marplatense. Es propaganda encubierta en realidad. Así utilizó los recursos de la Secretaría de Medios Públicos de la Provincia de Buenos Aires desde 2018. Es una orgía a de millones invertidos en el ensobramiento que eleva su discurso de identificación ante LLA. Es un estímulo para estacionarse en la zona de confort del oficialismo nacional.
Hoy la caja para solventar su encumbramiento es la Municipalidad de General Pueyrredon: destacados profesionales del área de Economía de la MGP, ya estaban asombrados por el rigor del gasto en 2020, su primer año de gobierno. Hay que echarle leña al fuego para que el doble discurso encienda las predilecciones que colmen su aspiración de ser el próximo gobernador bonaerense.
La estrategia está en las antípodas de Kicillof, quien no necesita que se incurra en malgastar obscenas y millonarias pautas de publicidad para instalarse. Tanto el gobernador como el presidente de la Nación se tocan en sus altos extremos de desaprobación que formulan todas las encuestadoras.
Una exhaustiva auditoría que guarde relación entre el desembolso de fondos públicos, el destino del mismo en medios afines a su blindaje mediático y canales adictos a LLA, darán justo en el corazón de la impudicia en las cuales estamos inmersos. La oposición se permite no exponer sobre el tema por el temor de ganarse al adversidad en medios de publicación y redes sociales.
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