Puede convertirse en un final de ciclo bebiendo de su propia medicina. Es muy difícil asegurar que Hugo Moyano logre pisar una vez más el Club Atlético Independiente. Anoche circulaba por redes sociales la siguiente consigna. “Cortar la Gral.Paz para que no pueda llegar el colectivo con los jugadores y que el equipo no juegue hasta que no se llame a elecciones”, en relación al partido reprogramado y sin público que se jugará en el Estadio de Platense hoy a las 11.00.
Los bloqueos intimidatorios a empresas y movilizaciones por cuestiones políticas, le dieron a Hogo Moyano una gran cuota de poder, con la cual sometió a autoridades políticas y resistió medidas judiciales.
Fue Javier Milei, quien utilizó precisión quirúrgica cuando selectivamente le hizo la verónica a la casta sindical sin incluirla dentro del mismo combo con la casta política. Difícil que se le haya escapado sino que no eligió a los sindicatos para la confrontación directa. Muchos años en el poder, más de 1, 2, 3 y 4 décadas ejerciendo la conducción de sindicatos con estatutos a medida.
Traspasos hereditarios en muchos casos como el de Mercedes Morro en la UTGHRA con Nancy Todoroff y los hijos de Hugo Moyano, Pablo y Facundo, sólo por citar casos de Mar del Plata, familias enteras que también sumaron el nepotismo dentro de las prácticas de “renovación” que se convierten en sucesiones familiares como en una empresa de capitales privados.
En el caso de Hugo Moyano fue más allá del que “todo lo que se mueve es mío” y hasta creó el sindicato de trabajadores del peaje SUTBA, que fue obsequiado a Facundo Moyano muy conocedor del negocio de los sindicatos abreva de la tarifas de los permisionarios de las rutas argentinas. Un encanto de creatividad como las empresas subsidiarias de los sindicatos que también llegan a acuerdos para acceder a bancas a cambio de financiación de campañas. (Ver Sergio Massa – Frente Renovador)
El viernes a la noche una reunión de trámite normal realizada en la sede del Club Independiente, terminó en la peor demostración del rechazo que provoca su persona y la forma de hacer política de Hugo Moyano. Como estaba el caso de enrarecido y los desenlaces que provocan este tipo de reprobaciones, no habría que descartar que si la guardia policial fallaba podríamos estar hablando de un intento de linchamiento, sólo si nos atenemos a las imágenes que transmitieron prácticamente en cadena los canales de televisión de CABA
Cuando Emilia Delfina y Mariano Martín escribieron en 2008 el libro “El Hombre del Camión” más allá del ejercicio profesional, en esos años significó un nuevo acto del servicio de la profesión del periodista. En el libro se asoma al recorrido de la vida de uno de los hombres más poderoso del país proveniente de un sindicato, que lo transformó en una caja propia, hasta límites difíciles de mesurar.
Lo que nadie dice es que Independiente mientras esté Moyano NO va a poder volver a jugar en su cancha con público van a ir 40.000 personas a reprobarlo, se agotó la tolerancia, y le llegó de la manera más imprevista. Es la caída de Moyano de quién la política no pudo desprenderse nunca ni la justicia lograr actual contra él. Nadie resiste 40.000 personas gritando “que se vayan todos” en su propio estadio.
La suspensión del partido ya es un indicio y la reprogramación es un riesgo porque se tienen que exponer a hechos tan graves como los ocurrido el viernes, muy posiblemente con víctimas de la violencia extrema que se ejerce en enfrentamientos de esta naturaleza, donde hay disputas entre 3 grupos de barras brava . No debería extrañar su metodología haya sido el camino hacia su propia su propia fosa. Pablo, su hijo, de quien está distanciado, no apareció el viernes, y Facundo, últimamente, pasa gran tiempo atendiendo los asuntos del Club Atlético Alvarado en Mar del Plata, y no son precisamente datos menores en este contexto.
Jorge Elías Gómez
NOTAS VINCULADAS
Montenegro se blinda con Hugo Moyano, como ya lo hizo con Luis Barrionuevo: ¿con o sin burbujas?
Sale Carrancio y entra Morro (Moyano con bandejas): mueven el banco para que todo siga igual