Tal como nos tiene acostumbrados esta gestión municipal, las autoridades se ufanan de cómo las empresas privadas ocupan espacios públicos… y particularmente de los museos.
Pasó en “La casa sobre al arroyo” con food trucks, en Villa Victoria que el intendente reconoce como “una máquina de vender sushi”, en Villa Mitre con sus jardines alquilados para fiestas y también en el Museo de Ciencias Naturales “Lorenzo Scaglia”, que verá adosada a su estructura una pizzería a la que se le da la bienvenida con toda la fanfarria. Kentucky se llama.
La participación de la actividad privada en espacios o en instituciones culturales públicos es una ecuación aceptada y ponderable en toda gestión. Lo grave e imperdonable es que esa participación deje de ser accesoria y pase a ser el principal “orgullo” de una administración que olvida la razón de ser de un Museo y lo condena a sobrevivir por obra y gracia de lo único que lo mantiene vivo: el esfuerzo de sus empleados y el cariño de los ciudadanos.
Su brillante trayectoria
Este mes, más precisamente el día 22, el Scaglia cumplirá 87 años de fundado. Originalmente funcionó en el tercer piso del Palacio Municipal bajo el nombre de Museo Regional, Histórico y Tradicional de Mar del Plata. Luego, en 1967, se trasladó a su ubicación actual en Plaza España. Su primer director fue el historiador Julio César Gascón.
Desde 1975 lleva el nombre de Lorenzo Scaglia, quien fue el que hizo los primeros aportes paleontológicos y por consiguiente el embrión de lo que es hoy este orgullo marplatense. Su hijo Galileo Scaglia ocupó en su momento la dirección de la institución.
Desde su creación el Museo no ha dejado de cumplir una riquísima tarea de extensión. Cada año, recibe alrededor de 40 mil visitantes, entre marplatenses, turistas nacionales e internacionales. Además, más de 9.000 estudiantes de instituciones educativas públicas y privadas lo visitan anualmente, convirtiéndose para muchos en su primer contacto con las ciencias naturales y el patrimonio local.
El museo organiza talleres y ciclos de charlas en colaboración con instituciones como la UNMDP, FIBA e INBIOTEC, promoviendo la divulgación científica. En estas actividades participan profesionales del museo e investigadores externos, quienes comparten su conocimiento y pasión por las ciencias naturales.
Sus colecciones
El acervo del museo es un tesoro de enorme importancia patrimonial para nuestra ciudad. Entre sus colecciones se encuentran especímenes de vertebrados como mamíferos, aves, reptiles, anfibios y peces. Su colección entomológica alberga más de 30 mil ejemplares de artrópodos, principalmente insectos y arácnidos.
La colección paleontológica resguarda fósiles de yacimientos locales, muchos de ellos de relevancia internacional. Además, el museo cuenta con un acuario con especies de agua dulce y marina, un atractivo especial para los más pequeños.
La realidad hoy
La construcción de la pizzería en las inmediaciones del museo están afectando gravemente el funcionamiento del organismo y por ende la conservación de su patrimonio.
Con frecuencia se producen cortes en los servicios de agua, luz y agua potable, con lo que ello implica para el normal funcionamiento de un lugar delicado en virtud de lo que alberga.
Las vibraciones provenientes de la obra han agravado problemas estructurales preexistentes y produjo diversas filtraciones en el edificio. Se dañó la cisterna de agua del museo, que todavía no ha sido reparada.
Otra consecuencia ha sido la reducción de los espacios sin que se sepa cuál serán los límites previstos. Uno de los lugares afectados fue el estacionamiento previsto para el personal del museo.
Consultados para conocerse algunos detalles el personal de la institución expresó que carecen de total comunicación entre ellos y quienes llevan a cabo la obra, si que se sepa siquiera cuál será el espacio final que ocupará la pizzería.
No hay información oficial pero los rumores abundan. Entre ellos se dice que se construiría un puente que conectaría la pizzería con la terraza del museo para instalar mesas en ese lugar.
Se dice también que la oficina que actualmente ocupa Unidades Turísticas Fiscales (UTF) sería cedida a la pizzería para facilitar el acceso entre el restaurante y el museo.
La expectativa de que la pizzería pague canon o genere recursos destinados al Museo…hay que saber aprovechar las pequeñas ganancias de las grandes pérdidas… tal parece que también se verá frustrada.
Arrasaron con el jardín
Hace apenas horas y sin previo aviso ni comunicación oficial alguna personal del EMSUR retiró la totalidad del cerco vivo que delimitaba el perímetro del museo, al igual que hizo con la mayoría de las plantas que integraban el jardín.
El cerco había sido plantado hace más de 40 años por Orlando “Tito” Scaglia, también en su momento director (ganado por concurso) del museo, y personal municipal.
El Museo venía desarrollando un jardínn botánico en ese espacio en colaboración con la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) con el fin de generar una exhibición viva que permita a los visitantes conocer los distintos ambientes del sudeste de la Provincia de Buenos Aires.
A la fecha se desconoce cuál es el destino que las autoridades pretenden darle a este espacio, pero se especula con que podría estar relacionado con la instalación de mesas de la pizzería en la terraza del museo.
Por otra parte es de mencionar que la obra de ampliación del museo, realizada en el marco del pliego de licitación que concesionó las cocheras de la plaza y el balneario, presentó numerosas fallas estructurales que nunca fueron resueltas. Entre ellas, las graves filtraciones en los techos que actualmente perjudican la conservación de las colecciones biológicas del museo.
Urgente llamado de atención
La desaprensión con la que las autoridades municipales llevan adelante los destinos del Museo Municipal “Lorenzo Scaglia” o más bien la total ausencia de gestión al respecto ponen en riesgo un valiosísimo patrimonio de Mar del Plata.
Es necesario e imperioso tomar conciencia de lo que está en juego. El museo debe garantizar la continuidad de su rol educativo y científico sin interferencias externas que pongan en riesgo su labor y sus proyectos a futuro.
Si bien el actor principal de este cuidado corresponde al Estado, no es menor el rol que le cabe al conjunto social en su capacidad de exigir a sus representantes que cumplan con lo que se espera de ellos.