El Gobierno nacional tiene previsto anunciar este viernes, a través del decreto sobre las restricciones en el marco de la pandemia de coronavirus, la vuelta a la presencialidad de los empleados estatales no esenciales.
Si bien el viernes se publicará el decreto, pero después esa vuelta a la presencialidad, que afectaría a unos tres millones de empleados públicos, se debe instrumentar en un cronograma con una serie de pasos.
Según las fuentes, muy probablemente esa vuelta sea a partir del 1 de septiembre, pero debe contemplar un tiempo para la adecuación de los protocolos y el armado de las burbujas.
El presidente Alberto Fernández definirá en las próximas horas la firma del DNU Covid-19, que incluirá una serie de aperturas leves.
El DNU modificaría la Resolución 62/2021, publicada en junio, que establecía que “las y los titulares de cada jurisdicción, organismo o entidad comprendido en el artículo 8° de la Ley N° 24.156 y sus modificatorios, podrían convocar al retorno a la actividad laboral presencial a las y los trabajadores que hubieren recibido al menos la primera dosis de cualquiera de las vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra el Covid-19 autorizadas para su uso en la Argentina, independientemente de la edad y la condición de riesgo, transcurridos 14 días de la inoculación”.
Hasta ahora, la presencialidad para los no esenciales depende de decisiones de cada sector de la administración pública en función de su realidad sanitaria y de infraestructura, entre otras cuestiones. Pero no hay una norma general que obligue a todos a volver a la modalidad pre pandemia (DIB)
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