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Fotomultas: Definen con el VAR entre concejales garrochistas; poco serio

 

 

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Entró en un proceso contaminado del cual surgen dudas y sospechas, que alteran las reglas de juego de un sistema que la política lo ha transformado en una telenovela. Hay quienes se han transformado también en los socios del silencio: la CC y la UCR que tienen un ni como una expresión muy jugada.

Es elocuente que las coaliciones sirven para ganar elecciones, pero para gobernar se saturan con frecuencia. Entre los componente tienen que dar una señal, que en este caso es la del encubrimiento del nada transparente modo de selección. Se trata de un sistema que tiene la ciudad con un parque automotor de 350.000 unidades, más las decenas de miles que llegan a la ciudad, la más concurrida del país durante todo el año con picos en temporada alta.

La utilización de la audiencia pública como herramienta de intercambio de ideas y propuestas no ha sido prevista, aunque si lo ha sido por ejemplo para la inutilidad del presupuesto participativo. Es un título gancho, cuyo aporte se vuelve insignificante porque es un modo de utilización de los políticos de la gente, que despierta expectativas que muy lejos están de concretarse, por la sub ejecución del mismo.

¿Por qué?

Porque Montenegro ha decidido desviar el pago de tasas y derechos a mantener su abultada y costosa planta política, aplicando  el ajuste de su déficit sobre los trabajadores de más bajos ingresos de la municipalidad. Faltan obras, inversiones en mantenimiento, más servicios y mejor atención de la salud. Esas no son las prioridades para este Departamento Ejecutivo.

La discrecional decisión del intendente a definir por sí mismo, quién y cómo aplicará un mecanismo que capturará 3 de 4 pesos, resignando a la MGP que es la cabeza y no la cola del león del proyecto.  Despierta dudas esta inmensa contradicción, con el discurso oficial de laburo e inversiones para los marplatenses.

Hay que revisar muchas de las decisiones de este tipo que ha tomado Montenegro e impactan directamente sobre el correcto uso de los dineros públicos, que provienen de contribuyentes que prácticamente ya no reciben casi nada a cambio. Se ha convertido en una tendencia, que se ratifica con el descontento existente en las bases de la nómina de personal municipal.

En el tema de las fotomultas es imprescindible un gran consenso entre ONG que se ocupan verdaderamente por el tema, la Defensoría del Pueblo, la justicia de faltas, elevar el marco del debate y no dejarlo librado a la voluntad de personas que se cuentan con los dedos de una mano e involucradas en el propio expediente de ambos lados del mostrador. Una oda a la desprolijidad y a la presunción de un enjuague “nonc santo”.

Habla muy mal sobre cuáles son las intenciones de este gobierno municipal, cuando está en juego un multimillonario contrato con una extensión de 10 años, que se pretende manejar de manera discrecional. Lo mandan al Concejo Deliberante para su aprobación y no quedar en soledad ante inevitables consecuencias judiciales. Buscan la complicidad de la corporación legislativa.

Cómo un proyecto de semejante envergadura que no admite correcciones ni revisiones es enviado al Concejo Deliberante en forma cerrada. Es muy sintomático esta intentona de captar el 75 % de lo recaudado. Se trata de una impresión digital.

Es cuando menos revisable, sino hay que retirar el proyecto y analizar con instrumentos que agreguen valor agregado, evaluando con profesionales competentes cuáles son las razones que perjudican pecuniariamente a la municipalidad. Hay cuestiones de fondo y de forma que inhiben esta iniciativa.

Y ni hablemos de los saltimbanquis políticos, todos aliados del intendente, Nicolás Lauría, Alejandro Carrancio y Horacio Taccone, cada uno a su turno han sido funcionales al oficialismo, en el caso de este último exhibiendo públicamente su rechazo, sus dudas hasta el no nos gusta “ni un poquito” y finalmente votando con el oficialismo. Morro también apareció como una paracaidista en el bloque de Juntos Por el Cambio, aupada por Luis Barrionuevo.

Lauría se separó del montenegrismo incipiente, a través de una carta pública en términos muy duros. Ahora mágicamente aparece acompañando el engendro. Mientras que Alejandro Carrancio optó por alejarse del calor oficial en circunstancias muy similares, desacuerdo con términos que excedían groseramente los cálculos económicos, en el anexo de obra pública en la licitación del transporte urbano de pasajeros, que iba ser cargado en el boleto plano, justo ahora que está en foco la transferencia de subsidios para ese servicio en el interior del país.

La configuración del abuso de poder, no puede estar ausente en el tratamiento de un contrato cuyo objetivo no es recaudatorio, según el intendente, pero que no se compadece con la realidad de su situación. El mobiliario urbano se encuentra poco menos que en ruinas y tiene a los marplatenses al borde de una tragedia, esquivando columnas que se derrumban en la vía pública.

Jorge Elías Gómez

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