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La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, visita esta tarde a Azul para participar de las actividades de conmemoración de los 50 años del ataque que una fracción del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) realizó sobre el cuartel del Ejército Argentino (EA) de esa ciudad.
La presencia de Villarruel, confirmada a DIB por portavoces oficiales, será para participar de la conmemoración de un hecho de sangre producido por la guerrilla en la primera mitad de los años 70, antes del inicio de la última dictadura cívico-militar, que provocó dos muertes entre los militares –una de ellas la de un conscripto de 20 años-, la de la esposa de uno de esos uniformados y la de al menos un militante de la organización guerrillera, más otros dos que fueron detenidos y ahora permanecen desaparecidos.
El tipo de hecho, que se inició con el ataque del ERP –una organización marxista- en la noche del 19 de enero de 1974 y la circunstancia en que se produjo, durante un gobierno constitucional –el tercero de Juan Domingo Perón- que había asumido seis meses antes, encaja a la perfección en aquellos sobre los cuales la Vicepresidenta suele insistir que han sido dejados de lado por las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.
La vicepresidenta, creadora de la Asociación Civil Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (CELTYV), equipara esos crímenes con los cometidos en el marco del terrorismo de Estado que se inició en 1976, a diferencia de lo que han sostenido los tribunales de Justicia y los organismos de Derechos Humanos.
Cómo fue el ataque del ERP
En el ataque al regimiento de Azul, uno de los arsenales más grandes del país por entonces, que albergaba al regimiento de Caballería de Tanques 10 y al Grupo de Artillería Blindado 1 del Ejército Argentino, fueron asesinados el Coronel Camilo Gay, jefe del Regimiento; el soldado Daniel González y el teniente primero Alejandro Carullo La baja civil fue Nilda Irma Cazaux, esposa de Gay. En el ERP fue ultimado el militante Guillermo Pascual Altera. Héctor Alberto Antelo y Reinaldo Roldán fueron detenidos y permanecen desaparecidos.
El operativo del grupo armado fue dirigido por Enrique Gorriarán Merlo, entonces de 32 años, quien posteriormente fue degradado de su rango en la organización armado por el modo en que condujo el ataque.
Hoy, en el matutino El Tiempo de Azul, el periodista Marcial Luna publica el testimonio de Atilio Taborda, quien aquella noche era Infante de Marina e integraba la dotación del Arsenal Naval Azopardo con asiento en Azul, cuyos integrantes auxiliaron a los del cuartel del ejército en la resistencia al ataque.
“El coronel Gay realmente tenía una idea muy clara de que iba a ser atacado. No sabía cuándo ni a qué hora. No sé cómo obraban los servicios de Inteligencia y siempre hubo infiltrados de ambos bandos”, cuenta Taborda. En ese sentido mencionó que “así como hubo un soldado (conscripto) que hizo todos los planos, hubo también un cabo al que no se lo vio más por Azul. Se estima que, entre los dos, fueron los que “entregaron” el regimiento, lo que significa decir dónde estaban puntualmente las armas, la munición, las guardias, los refuerzos”. (DIB) AL