En medio de la temporada de verano que recién comienza, el Gobierno Nacional dispuso nuevas medidas para agilizar los trámites migratorios y así, facilitar el ingreso de argentinos al país vecino de Uruguay. A todo esto, el año arrancó flojo en la costa atlántica y, en el interior del país, el turismo cae en picada debido a la crisis económica.
El objetivo de estas nuevas maniobras está claro, y es darle facilidades al turismo uruguayo. Así, la Dirección Nacional de Migraciones, que depende del ministerio de Guillermo Francos, dispuso nuevos equipos de inspectores para que el control migratorio se realice de forma más rápida y el turista vea con buenos ojos cruzar el charco para vacacionar durante esta temporada estival.
En sintonía, el país vecino cerró el 2023 con números negativos y con un dato que pone en alerta al turismo: por primera vez en su historia, fueron más los uruguayos que viajaron al exterior, que la cantidad de extranjeros que ingresaron al país. A su vez, desde el sector turístico aseguran que esperan un 20% menos de argentinos en sus playas. Así, el Gobierno nacional sale al rescate y dispuso de medidas para facilitar el ingreso a puertos uruguayos.
Desde la cartera migratoria informaron que “cada persona que viaje hará el control migratorio de ambos países en el mismo momento, gracias a que la Dirección Nacional de Migraciones de Argentina atenderá en boxes contiguos a los de su par del Uruguay y de esa manera se reducirán los tiempos de trámite al no tener que pasar por Migraciones también al bajar del barco”.
Mientras tanto, desde el sector turístico local señalaron que el año comenzó con bajo nivel de turistas en la costa atlántica y aseguran que las reservas están “paralizadas” por la crisis económica. “Quien habla de una excelente temporada, miente” advirtió Gustavo Barrera, Intendente de Villa Gesell, uno de los principales destinos turísticos que tiene el país.
En esa misma línea, el presidente de la Cámara de Turismo de Pinamar -otro de los destinos más elegidos por los argentinos- aseguró que las reservas están “en los niveles mínimos, como hace 20 años que no veíamos“. La preocupación de los prestadores turísticos, empresas y comerciantes va en creciente. “La plata no alcanza, las reservas se paralizaron y muchas se cayeron“.
Pero esto viene desde hace rato. La incertidumbre que generaron las elecciones provocaron una caída estrepitosa en el último fin de semana largo del año. Según un informe elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en el fin de semana largo de diciembre viajaron unos 960 mil turistas, que representa una baja interanual del 21 por ciento.
En la Provincia de Buenos Aires, la temporada 2022-2023 fue récord y terminó con cifras históricas, que significó una ocupación hotelera del 91 por ciento. Ahora, por la crisis económica, esa cifra cayó en picada y, para el mes de enero, calculan una ocupación no mayor al 70 por ciento.
Mientras el Gobierno se preocupa por facilitar el ingreso a Uruguay y auxiliar el turismo del país vecino, en las costas bonaerenses ven con malos ojos una temporada que, por ahora, no remonta. Los números son bajos, y a este ritmo, podría ser una de las peores temporadas de verano de la historia.