Política

Un sector de la UCR ensancha sus diferencias con el PRO y busca caudillos para dejar de ser «furgón de cola»

La exposición de Rodrigo De Loredo en el plenario de comisiones de la Ley Ómnibus marcó un nuevo punto de quiebre dentro de la UCR, que cocina una ruptura a fuego lento desde que Mauricio Macri y Patricia Bullrich corrieron a sellar su pacto con Javier Milei. Es que un sector cada vez más importante del radicalismo reniega del rumbo que le dieron los líderes del partido y se concentra en gestar una resistencia.

De Loredo, aliado del PRO al punto de subir a Patricia Bullrich al escenario la noche del búnker, le garantizó a Milei los votos de todo el bloque boina blanca para que se apruebe la ley ómnibus. Sin embargo, un grupo de legisladores analizan votar en contra y, tal vez, eclosionar.

El germen se plantó en la provincia de Buenos Aires, donde un grupo de diputados provinciales liderados por el platense Claudio Frangul decidió formar su propio bloque. “Nosotros no tenemos nada que ver con el gobierno de Milei”, advirtió el propio legislador en LADO P y marcó así la tajante diferencia con el PRO.

Allí mismo señaló que el radicalismo “tiene que recuperar su identidad y generar un espacio político donde pueda haber certidumbre hacia el futuro”, y llamó a imitar a la Coalición Cívica, de Lilita Carrió, que se abrió de Juntos por el Cambio y formó su propio bloque legislativo.

Sin un liderazgo definido, en el Congreso hay tres espadas que se mueven en esa dirección. Uno es el formoseño Fernando Carbajal, quien resignó su puesto como Juez Federal para asumir una banca en la Cámara de Diputados. Otro es el entrerriano Pedro Galimberti. Y quien más ilusión despierta en la Provincia es el neurocientífico Facundo Manes, que dejó de coquetear en 2021 para sumarse a la campaña como líder radical.

“Ya no es un tema simplemente de ocupar un espacio de poder, o una candidatura. Hay diferencias muy profundas”, aseguró a INFOCIELO el dirigente bonaerense Federico Storani, que convocó a movilizar junto a la CGT en contra del decreto y la Ley Ómnibus de Javier Milei.

Justamente fue Manes uno de los que, en los últimos días, mantuvo un encuentro con la central obrera y les manifestó su apoyo. La ruptura, hasta el momento, no transitará los caminos de aquellas históricas disputas entre Alem e Yrigoyen, pero sí busca marcar dos posiciones muy claras dentro del Poder Legislativo.

“Se pide coherencia en la defensa del Estado de Derecho, la defensa de instituciones, la democracia. Es incomprensible que escuchemos a legisladores vacilar sobre el DNU y la ley ómnibus. También es incomprensible que vacilen frente a la privatización de empresas”, señaló Storani.

En diálogo con éste medio, aseguró que tras escuchar al presidente de bloque radical en Diputados mantuvo reuniones con radicales cordobeses que le manifestaron su posición sobre la Ley Ómnibus. “Les da vergüenza la posición de De Loredo, que plantea problemas ‘de forma’, pero que en el contenido está de acuerdo”.

Resta saber cómo articularán los nuevos caudillos radicales sus posiciones frente al nuevo presidente, Martín Lousteau, líder del espacio Evolución. En su discurso post asunción, «Guga» dijo «no al cogobierno», pero a la vez es aliado de Pullaro y De Loredo, el ala radical que se mantiene en su zona de confort bajo el ala PRO de Macri y Bullrich.

Gonzalo Ochoa Martínez

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