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Un escrache a la lista opositora en la UCR

 

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Tras conocerse una denuncia de fraude que involucra a la lista 123, que presenta el oficialismo radical, se registró un episodio que aún minúsculo, agrega más elementos de cuestionamientos a una compulsa que sólo puede resultar anecdótica, pero es una señal de descontento y de demostración de fuerzas, que provienen desde los máximos órganos de conducción partidaria. Es una típica disputa de estructuras partidarias políticas que anidan en los presupuestos públicos y que los piqueteros libran en las calles, sin ir más lejos. La crisis de representación es el hartazgo social.

La apertura de elecciones internas en la UCR de General Pueyrredon, es un gesto de resistencia y rebeldía al presidente Maximiliano Abad en su política de conducción que en esta ciudad se manifiesta en un acompañamiento incondicional al intendente Guillermo Montenegro. Ha valido por ejemplo en la utilización del doble voto, en espinosos y controvertidos temas, de la presidenta del HCD Marina Sánchez Herrero, la esposa de Abad, quien llegó con escasa militancia y trayectoria política a conducir el órgano legislativo marplatense. Y ya es promovida como futura integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires,  tras un acuerdo de Abad con el gobernador Axel Kicillof.

En un raid meteórico Abad blindó con Sánchez Herrero, dentro de la coalición Juntos Por el Cambio, el tránsito de ríspidos expedientes, aún si se tiene en cuenta que el primer concejal y sucesor orgánico de Montenegro es el concejal Nicolás Lauría, que no permite que el intendente abandone su cargo y arriesgue una solicitud de licencia.

Los negocios personales de la política relacionados con el manejo público de una administración deficiente, sin brillo y seriamente comprometida que ingresará en su cuarto año con déficits de gestión y económico de difícil reversión durante 2023, ni expectativas siquiera de morigerar la decadente prestación de servicios municipales, cada vez más lejos de una excelencia media.

El aparato estatal municipal sin embargo con su logística presta, detectó que se hacía uso de la cartelería pública en espacios insignificantes, en Independencia y Alvarado. No obstante, con una velocidad que no se exhibe ni en salud ni en educación ni en acción social ni en tránsito ni en seguridad, se procedió con una técnica propia de un escrache a tapar 4 carteles de auspicio a la lista que competirá el domingo frente al oficialismo en la UCR. Mientras que desde La Plata se está a la espera de la “Gran Salvador”, en obvia alusión al papel que cumplió el vicegobernador de la Provincia, durante el mandato de María Eugenia Vidal entre 2015 / 2019. No es el PRO sino los que se sodomizan.

 

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