Política

Tras la protesta contra Alberto en Salta y creen que podría complicarle la campaña

La llegada de Alberto Fernández a Salta para participar de los actos por el bicentenario de la muerte del general Martín Miguel de Güemes estuvo marcada, nuevamente, por una fuerte protesta en su contra.

 

 

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El presidente fue recibido con una ruidosa protesta de vecinos de la capital salteña, que a pie y en autos rechazó su llegada. “Alberto no sos bienvenido”, fue el mensaje que se repitió en un cacerolazo empujado por sectores del PRO.

En una imagen bien diferente al inicio de su mandato (cuando se mostraba más cercano a la gente) pero que parece ser parte de la nueva situación, Alberto estuvo bien lejos de la manifestación a la que la policía salteña le impidió el paso.

La semana del presidente no fue la mejor en ese sentido. El martes canceló sin una explicación clara una visita a Pergamino para inaugurar un tramo de la ruta 8. En la Casa Rosada dijeron que se trató de motivos de agenda, pero quedó rondando la idea de que lo hizo para esquivar una protesta de chacareros contra el cierre de las exportaciones de carne.

Alberto ya había tenido un episodio muy serio en marzo pasado cuando la camioneta en la que se trasladaba por Lago Puelo, en Chubut, fue atacada a piedrazos por manifestantes antiminería. Ese episodio generó dudas sobre la logística y seguridad de los viajes presidenciales, que en los casos de Salta y Pergamino parecen haber funcionado mejor.

Pero más allá de la seguridad estos episodios generan una preocupación política de cara a la campaña que se viene: la posibilidad de que se repitan las protestas contra el presidente especialmente en ciudades mayormente opositores. Axel Kicillof también fue blanco el martes de un bocinazo en Junín.

Un consultor político indagado por LPO dijo que es probable que no se trate de algo aislado y que estos episodios puedan repetirse durante la campaña. “La imagen de Alberto ha caído mucho en los últimos meses. Esto se ve especialmente en los grandes centros urbanos”, afirma.

A ese desgaste de la gestión se suma la acción de grupos muy activos de Cambiemos que organizan y alimentan las protestas, como sucedió en el caso de Pergamino.

En Salta algunos legisladores macristas como Andrés Suriani también habían rechazado la llegada de Alberto. En la provincia de Güemes se sumó además el malestar de los grupos autodenominados “pro vida” que siguen cuestionando la legalización del aborto.

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