Arte y Cultura, Teatro

TEATRO // CRÍTICA: “Habitación Macbeth”

POMPEYO AUDIVERT: MÁS QUE HUMANO

Por Virginia Ceratto

(especial para Mdphoy.com)

Tras años de presentarse ante públicos que ovacionan, la obra que Pompeyo Audibert recreó, actúa y dirige sigue, y con motivos que transitan y exceden cualquier explicación, llenando salas. Aquí, el Tronador, escenario y platea especiales para una puesta que tiene mucho de teatro griego.

Audivert tradujo a Shakespeare. Y toda traducción, puede ser una traición, o una versión desde un tiempo que condensa la temporalidad. Y eso ocurre en esta “Habitación…”. Una versión que suma, enriquece. Alimenta cualquier expectativa. La supera.

Como en el teatro griego, y el kabuki -donde todos los personajes eran interpretados por varones- Pompeyo actor, interpreta todos los roles de la tragedia shakesperiana, hombres, mujeres y… monstruos. Esas brujas son Nosferatus que replicarán su horror en Macbeth y su mujer. Como hijas de Hécate, enfermarán a la pareja protagónica con el veneno del Poder. Siempre pasa, antes, ahora…

Uno y otro personaje, con pasajes que incluso rozan la simultaneidad, parece imposible pero lo es, en la transmutación de Pompeyo son uno, y son todos. Unidad y multiplicidad.

Sostiene Audivert.

Desde el texto, enriquecido… y sí, fue posible, con versos del “Poema Conjetural” de Borges, entre otros reconocibles y maravillosamente ensamblados, y la versatilidad de componer roles, escenas, contra-escenas, carnaduras y desencarnados.

He escrito: sostiene Audivert… Convoca, como un sacerdote.

En esta “Habitación”, la sala, el escenario, el mundo, hay pura tensión. Audivert se desencarna de su yo y aparecen, encarnan, todos los personajes, incluso, ese poder parasitario que los habita, en una y otra instancia.

Pompeyo, como el Poder, es un animal devorador. De la tragedia, del público. Pompeyo es Macbeth, Lady Macbeth, Mucduff, Fleancio, Banquo, los caballos, ese portero lacayo que masculla en un idioma ininteligible, porque para los poderosos lo que digan los humildes no interesa: son esclavos. Que se usan y se descartan… Suena conocido…

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Pompeyo asume gestos, con un único maquillaje blanco, como el kabuki, sabiamente reconocido y señalado por la experta Mercedes Giuffré, que también es la máscara del teatro griego clásico, que también es la máscara de los perfiles de las redes en la actualidad. Y dada la tragedia, esta tragedia, es un sepulcro blanqueado a lo Schopenhauer. La obra avanza, la sangre se sucede, Shakespeare sucede… Y se oculta o campea en esos cuerpos surgidos de esa madre que es una fosa: Hécate, de la que nacemos y a la que iremos. Salvo unos pocos inocentes.

Rojo y blanco, en un binomio que es a la vez vida y muerte en cada uno. Y violencia. También en lo blanco habita la violencia escribía Paco Umbral.

Extraordinarias la escenografía con esos elementos básicos que son multifuncionales, la iluminación, mágica, soberbia, dramática… El único vestuario que es a la vez andrajo, vestimenta de lores, de siervos… o mortaja.

Extraordinaria la música en escena, un acompañamiento que bien podría ser un coro griego o la mejor musicalización cinematográfica de nuestro milenio. Ambas asimetrías a la vez.

Y todo fundido, no confundido ni confuso, en esas transmutaciones de Audivert, en esa alquimia del coautor de Shakespeare y actor. Y director. Un demiurgo.

Alquimia que parece tan natural y que, obviamente, tiene detrás una trayectoria de décadas en teatro, un trabajo de años con este personaje imaginado por primera vez por el inglés que nos conmueve a todos.

Y en ese sentido y como dicen los ingleses, el esfuerzo denodado, continuo, que es acto y potencia: ENDEAVOR.

Endeavor Audivert…

Ficha técnico-artística

Actúan: Pompeyo Audivert

Músicos: Claudio Peña

Vestuario: Luciana Gutman

Escenografía: Lucia Rabey

Diseño de luces: Horacio Novelle

Música original: Claudio Peña

Fotografía: Santiago Martinelli Massa, Bernabé Rivarola

Diseño web: Verónica Costa

Diseño gráfico: Micaela Borlasca, Verónica Costa

Asistencia: Iván Altschuler, Verónica Costa, Marta Davico, Mónica Goizueta

Dirección: Pompeyo Audivert

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