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Se redujeron un 98% las descargas de anchoíta

Revista-Puerto-Se-redujo-un-98-por-ciento-la-descarga-de-anchoita-2La engraulis anchoita sigue siendo una figurita difícil en los muelles del puerto marplatense. Su falta no solo afecta a los armadores de buques fresqueros de altura y costeros, acostumbrados a capturarla con redes de media agua a esta altura del año, sino principalmente al personal ligado a su procesamiento en los saladeros.

De acuerdo a cifras oficiales que marcan la evolución de los desembarques en la Subsecretaría de Pesca, al 18 de septiembre pasado en el puerto marplatense se llevaban descargadas apenas 615 toneladas. Algo más de 200 se descargaron en el puerto patagónico de Rawson.

La misma fuente de información señala que en los primeros nueve meses del año pasado se llevaban declarados 13.243 toneladas de engraulis, lo que marca una reducción del 98% entre un período y otro, y pone en evidencia el grave problema que afecta a la industria del salado, que en este puerto emplea a casi mil personas.

Mientras un grupo de barcos la busca en la nueva área delimitada dentro de la zona de veda permanente de merluza, en tierra la esperan con extrema ansiedad como para darle continuidad a las empresas que ya arrancaron la zafra y decidir a las que todavía aguardan.

“Es un año atípico, difícil para los compañeros”, resumió Cristina Ledesma, ante la consulta de REVISTA PUERTO. La dirigente traza un panorama de la situación en las fábricas del sector. “Centauro todavía no arrancó, Marbetán sí, Marbella convocó también. La Campagnola llamó a los efectivos de caballa. Indupesa llamó a los efectivos temporarios. Gil Comez, con saladero en el Parque Industrial, está entre los que no comenzaron”, especificó la Secretaria General.

Los primeros desembarques de la temporada no fueron del tamaño requerido para comenzar a salar, por lo que la producción se volcó a la pasta de anchoa. “La gente está desesperada porque a los que han llamado, no tienen continuidad y el resto aguarda para que aparezca pescado”, remarcó Ledesma.

En el SOIP creen que cerca de 400 mujeres se desempeñan en la zafra como efectivas temporarias. Pronto serán menos porque en Mattera están en proceso de desprenderse del personal registrado (unas 15 obreras). “Les mandamos la liquidación de cada una -reconoció Ledesma-. También tenía personal no registrado porque en su momento no quisieron ser registradas, con quienes arreglaron la desvinculación”.

Este grupo no cobró el subsidio que percibieron los trabajadores registrados bajo convenio colectivo y ahora buscan que desde el gobierno nacional baje una ayuda específica, similar al interzafra que percibieron el año pasado.

Entre las empresas el panorama es crítico. En Indupesa revelaron que ya se les terminó el stock que habían acumulado con el excedente de la temporada pasada y deben hacer frente a las órdenes de compra de los clientes.

En Marbetán hasta la semana pasada las trabajadoras se ocupaban con anchoas que ensobraban al vacío, pero no había mucho más por hacer. “Los barcos no encuentran el pescado y contra eso, magia no podemos hacer”, reveló un industrial del sector.

En el INIDEP, Marcelo Pájaro, jefe del Proyecto de Pelágicos, reveló que no está confirmada todavía la fecha de inicio de la campaña de evaluación con métodos hidroacústicos en el área de distribución, prevista, en principio, para los primeros días de octubre, a bordo del BIP “Capitán Oca Balda”.

Subsisten reclamos de los tripulantes que se embarcan en los buques de investigación y aparecieron algunos inconvenientes mecánicos en el barco que requieren una tarea de diagnóstico. Hasta tanto no de sepa la magnitud del problema y se solucione la demanda de los trabajadores, resulta difícil estipular una fecha de zarpada.

En altamar, los barcos emitieron buenas señales en los últimos días, pese a condiciones de mucho viento y clima inestable. Un grupo de 10 a 12 buques entre costeros y fresqueros de altura, obtuvieron buenas capturas a unas 8 a 10 horas, al norte del puerto marplatense.

“Es un pescado de un poco mejor tamaño, de 40/45 piezas por kilo”, reconoció Guillermo Soldini, que está operando con el “Canal de Beagle” en el área. “Veremos qué precio tiene en el muelle, porque hasta ahora, lo poco que se ha traído fue para pasta y a valores simbólicos”, indicó el armador.

A esta altura del año pasado, Soldini llevaba desembarcados 15 mil cajones de anchoíta y el recurso ya había pasado frente a Mar del Plata y se ubicaba a la altura de Necochea. Muchos armadores no podrán cumplir con las empresas a las que entregan materia prima y éstas, a su vez, con sus clientes en el exterior.

“Esta temporada no durará más de 30/40 días. En los saladeros tampoco dan mucho más los tiempos para salar el pescado”, lamentó.

El pensamiento general en el sector abocado a la anchoíta es aprovechar la zafra el tiempo que se pueda, pero sabiendo que no entregará los beneficios de otros años de mayor abundancia. “Los peces mandan”, razonó un viejo capitán que ha coleccionado temporadas buscándola. “Contra eso, no se puede hacer nada”, completó con desánimo.

Roberto Garrone

Revista Puerto

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