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River tu grato nombre: No es por ahí;  aburguesado, burócrata y ostentoso

 

Una frase infeliz. Cómo exabrupto intolerable. Hoy el Monumental se convertirá en un cabildo abierto. Declina la calidad institucional y el equipo no está competitivo.

No en vano el CARP es caracterizado como el que mayor participación política tiene en el país. Es un clásico que las instituciones deportivas de mayor convocatoria son el objetivo de la política tradicional. Sufren tropiezos en sus intentos de detentar el poder.

Acceder por los votos de los socios con padrones de dudosa elaboración, no fue un obstáculo para el carisma que gozaba Daniel Alberto Passarella en 2009. D´ Onofrio quedó a 4 votos y Passarella tomó la conducción del club,  que vivía el peor caos de su historia debido a la gestión de José María Aguilar.

La logia no le perdonó a Passarella que tomara las riendas de CARP. Ese fue el comienzo del descenso de la categoría. Era una decisión tomada. Sólo faltaba cómo arreglar el empujón que se dio a través de curiosas combinaciones propias del maneja ejecutivo de la AFA. Como ocurre en la actualidad con Chiqui Tapia. Casi un intocable

Passarella desafió a Grondona, quien contó con el respaldo de la mayoría y de mayor peso de los presidentes de primera división en la Asociación del Futbol Argentino.

La agitación de la oposición y la ruina económica de José María Aguilar colapsó en River, fueron irreparables las consecuencias de las cuales no escapó el mejor defensor del mundo y capitán de la Selección Argentina en 1978.

Después de un proceso muy desgastante, River Plate ganó el retorno a Primera División. Matías Almeyda no quiso volver más al club. Y tampoco J.J. López un jugador emblemático, fue quien reemplazó a Ángel Cappa en el año más triste que vivimos los hinchas de River.

Muchos periodistas de programas partidarios y columnistas especializados en River participaron del boicot. Otros, decenas de miles, contribuyeron desde el anonimato de las tribunas con los clásicos estribillos.

Ahora el retorno de Napoleón fue una operación urdida desde el interior del CARP. Fue una desestabilización que arrancó con Enzo Pérez desde su partida a Estudiantes. Excusas de vestuarios propio de conventillo que genera el periodismo militante que responde al oficialismo. Camarilleros de cuna.

River tiene un presidente banquero, no es un dato menor. Es el accionista más grande de la mayor institución prestamista del país. River crece patrimonialmente y es el ejemplo del activo inmobiliario deportivo de Sudamérica, el de más crecimiento comparado hasta con entidades europeas de primera línea.

Vamos al caso de Napoleón se fue de River con la luz apagada. De Europa ni pidieron cotización por sus servicios. Desde Brasil otro de sus destinos deseados ni vinieron ofertas. ¿México? Tampoco, y es una plaza cotizada. Terminó en Oriente, en Arabia construyó un fracaso, dilemas y enfrentamientos. Inició un juicio para cobrar todo el contrato, porque lo cesaron.

Ni lerdo ni perezoso pactaron entre dirigentes de  Núñez la salida de Martín De Michelis “De común acuerdo” ergo pagar la totalidad del contrato a cambio de su renuncia. ¿Así le abrieron las puertas a Napoleón a un Waterloo? pero siempre asegurándose la suya.

La plata del futbol: el dinero, es peor que el Estado Público. Ahí nadie revisa nada.  Gallardo es el dueño del club, su regreso fue un convenio con el banquero que tiene las llaves. Es muy desesperante que hoy nos sostiene la resurrección de Armani, como para darnos cuenta que no dejaron en la puerta de una hecatombe. Nadie evalúa con seriedad cuál es el papel de Francescoli. Incide en las incorporaciones. Para mi gusto siempre generó poco. Las inferiores son un aporte de capital que no se agota. Siempre hay un fenómeno en la vidriera.

El episodio radial con un programa partidario es sometido a un cabildo abierto. Es difícil que la política no haga una causa excluyente de este suceso que será título mañana. Esa ventaja que le conceden 85.000 personas que emitirán un pronunciamiento con tendencia selectiva.

Es desproporcionado el uso de la fuerza institucional. A partir de una frase infeliz que ni por equivocación debió salir el aire. El oficialismo lo vivirá como un triunfo. ¿Será una mensura adecuada? Quedan las dudas.

Jorge Elías Gómez

 

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