El intendente Guillermo Montenegro no era un ferviente militante de su reelección. Con cuatro años ya había adquirido algo que más que una sensación: definitivamente la MGP no era su zona de confort.
Ya hizo una delegación de hecho en un desconocido Mauro Martinelli, que defendiendo a los contribuyentes en litigios de la municipalidad tiene un récord negativo. Hay que bancarse Legal y Técnica, Secretaría de Gobierno y Secretaría de Economía y Hacienda. Un experimento que no cierra a tono con otros ámbitos de gobierno en el país.
Anoche con miles de marplatenses y turistas en la calle en plena temporada estival, con un aviso de alerta amarilla, con la UTA disponiendo un paro general desde las 18.00 y con la CAMETAP manifestando una vez más que el servicio no puede prestarse con la actual tarifa.
No apareció nadie del Departamento Ejecutivo de un gobierno que apenas fue reelecto, prorrogó el servicio debido al segundo fracaso de licitación del servicio en sólo dos años. Es una clarísima señal que existe una comprensión abstracta de la exigencia de un servicio público de las características del transporte de pasajeros.
Mar del Plata sufre los problemas de Rosario, Santa Fe, Córdoba; Mendoza, Tucumán, Bahía Blanca, Tandil etc. Usan los mismos combustibles, los mismos neumáticos, las mismas carrocerías, convenios laborales similares, pero los subsidios se instauraron durante el kirchnerismo sólo para la zona del AMBA que comprende el 50 % de los recorridos de CABA y el GBA, discriminando a todo el interior del país.
Alarma la falta de reflejo, que no es la misma que disfrutó el intendente cuando tuvo una nimia participación en el reciente conflicto pesquero incluido en el DNU del presidente Javier Milei. Montenegro recibió críticas por su excesivo protagonismo a cambio de más incertidumbre y vendió la clásica careteada: “Estar en las buenas y borrarse en las malas”, como lo adelantó el 4 de enero de 2019 quien fue su mano derecha, hombre de confianza y ahora senador de la Quinta Sección Electoral, Alejandro Rabinovich.
Anoche con el conflicto ya estallado uno de los especialistas más experimentado en la materia no dudó al calificar la situación: “A Montenegro ni de Derecho lo he escuchado hablar con propiedad”
Hoy en la calle nadie sabe dónde está el gobierno municipal. Convocar a sesión para hoy a 08.00 y hacer valer la mayoría propia para que el intendente en uso de sus facultades arbitre alguna medida, haga alguna gestión, pero no desdibujarse hasta el límite de parecer borrado.
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