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«Que los encuentren y se sepa la verdad»

Revista-Puerto-Que-los-encuentren-y-se-sepa-la-verdad-01Laura, hermana de Pablo Vaccarezza, capitán del pesquero San Jorge I, expone ante REVISTA PUERTO la intención de los familiares de los tripulantes desaparecidos. Habla de mentiras de Prefectura en el operativo rescate. “Nunca sabremos si hubo sobrevivientes luego de la vuelta de campana”.

Luego de pautar día y horario para charlar con Laura Vaccarezza, hermana de Pablo, capitán del buque San Jorge I, y antes del encuentro, se conoció la noticia de la aparición de un cuerpo en alta mar.

Las primeras informaciones daban cuenta de que había sido detectado por una embarcación en plena faena de pesca, en la zona donde se produjo el naufragio del costero, por lo que existían muchas posibilidades de que fuese uno de los cinco tripulantes desaparecidos.

“La hacemos igual, no hay problemas; el cuerpo llega a las 10 de la noche”, respondió Laura cuando la llamé para plantearle un cambio de día ante una noticia que rompía los rutinarios partes de Prefectura en los que se informaba que continuaba la búsqueda y de las inmersiones de los buzos para intentar ingresar al casco del barco hundido a casi 40 metros de profundidad.

Luego se supo, a través de Prefectura, que el cuerpo hallado pertenece al marinero Carlos Sebastián Peña, uno de los tripulantes del San Jorge I, el cual fue entregado a los familiares.

La casa de Laura es un primer piso modesto, con un sillón amplio que domina el ambiente luminoso del comedor, con vista a la avenida. Fernando, su esposo, se sienta al lado e intervendrá en la charla cuando Laura no encuentre las palabras para exponer su angustia, corregirla en algunos espacios temporales, sobre todo los momentos posteriores a conocer la noticia del naufragio.

“Lo primero que queremos es que encuentren los cuerpos. No poder darles una despedida y un cierre a tanto dolor es nuestra mayor desesperación. Mi hermano no era Dios y pudo haberse equivocado. Pero si no se equivocó, también quiero saber la verdad de lo que pasó. Yo pongo las manos en el fuego por él porque navega desde hace más de 20 años…»

REVISTA PUERTO: -Hubo algunas versiones que decían que era un capitán joven, con poca experiencia…

LAURA VACCAREZZA: -Mi hermano tenía experiencia suficiente. Tenía 39 años pero hacía 13 años que era capitán. Nunca le faltó trabajo. Él elegía dónde embarcarse. No fue zapatero, como escuché por ahí. Sé que se pidieron pericias sobre el barco por lo que seguramente será puesto en seco y ahí podremos saber qué fue lo que pasó. Hacía cinco viajes que se embarcaba en el San Jorge.

RP: -Cuando hablamos por teléfono y decidiste no posponer la charla te noté como que tenías urgencia por hablar, por descargarte.

LV: -No le deseo a nadie esto que estamos viviendo. Somos una familia de pescadores. Mi papá, tíos, hermanos, han sido y son pescadores. Me crié en el puerto y he perdido familiares en el mar. Y me causa mucha bronca, indignación la manera en que se han manejado algunos en el operativo de búsqueda, luego que nos enteráramos de que el San Jorge no reportaba señal en el radar.

Cuándo pregunto por la crítica principal que le hacen a la Prefectura, es el esposo de Laura quien toma la palabra.

“El Centro de Búsqueda y Rescate es un organismo del Ministerio de Defensa, que tiene una base de operaciones en Puerto Belgrano, a 8 horas de Mar del Plata. Cuando Prefectura informa del naufragio al Centro, la Armada Argentina se pone a disposición de la Prefectura para colaborar en la búsqueda, pero siempre respondiendo a la Prefectura, que por jurisdicción, está al mando del operativo”, dijo el esposo de Laura.

“Osiris López, el Jefe de la Prefectura Mar del Plata, nos dijo que la Armada no había ofrecido ayuda, cuando nosotros sabíamos, por un buzo amigo, por protocolos, que deben intervenir. De hecho, la Armada envió a la corbeta Drummond con buzos para trabajar en superficie, pero cuando llegaron, ya se había hundido. La Armada contaba con todos los elementos necesarios para hacer una búsqueda de verdad”, revela Laura.

“El barco da vuelta de campana y se mantiene a flote hasta las 17:30 de ese miércoles. Flota porque hay una burbuja de aire dentro del casco, no hay otra razón. Y si había aire, quizás había tripulantes con vida. La Armada hubiese tardado 8 horas para llegar a la zona. Lo que se hace en estos casos es golpear el casco y escuchar si alguien le responde desde adentro”.

“Nunca sabremos si Prefectura averiguó si había sobrevivientes en esas primeras horas, cuando el barco estaba todavía a flote”, lamenta Laura, y se levanta para sacar a un gato gris que se despereza al sol con envidiable parsimonia. Cuando vuelve a sentarse todavía tiene los ojos llenos de lágrimas.

RP: -¿Y en Prefectura que les dijeron?

LV: -Nos dijeron que había muchas redes, que no podían acceder al casco. Pero lo que más me molesta es que Prefectura desestimó la ayuda de la Armada cuando no tenía los mejores elementos para el rescate. Ellos tenían que traer una campana para que bajen los buzos desde Buenos Aires, pero el guinche que bajaba esa campana estaba en un barco que participaba de la campaña Antártica y estaba en Tierra del Fuego. Recién a la semana podrían haber estado en la zona de búsqueda.

RP: -Tengo entendido que buzos de la Prefectura pudieron hacer la primera inmersión el sábado 28.

LV: -Exacto, nos habían dicho el viernes que no podrían bajar hasta el domingo porque había pronóstico de mal tiempo y no tenían los elementos necesarios. Pero bajaron el sábado e hicieron un relevamiento exterior e ingresaron a un sector de la timonera. Ese viernes en Prefectura no me trataron bien en lo personal.

RP: -¿Cómo seguís la evolución de la búsqueda?

LV: -Por la gente de la Armada. Todos los días me llaman y cuentan lo que hicieron y lo que no pudieron hacer. Ellos mandaron al Destructor “Sarandí” con permiso de la Prefectura. Estos últimos buceos, que fueron muchos en forma diaria si las condiciones climáticas eran aptas, permitieron que pudieran ingresar a la sala de máquinas; tuvieron que forzar la puerta varias veces para ingresar. Se cree que ahí pueden estar mi hermano y el maquinista. Pero cuando entraron no había visibilidad ya que había mucho combustible concentrado. Dejaron abierto para que se diluya y mejore la visibilidad. Confío en la Armada para recuperar el cuerpo de mi hermano. Y en la Justicia para determinar qué fue lo que pasó.

Revista Puerto

Roberto Garrone

 

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