Carta de Lectores

Qué asco le tengo a la política

Alguna vez hace 25 años cuando hacia periodismo, forjé una amistad con dos políticos uno de la vieja guardia, intelectual, amable, don de gente, y solidario a morir -su pertenencia a la masonería hacía que lo admirase más- y puntal moral durante los primeros años de la muerte de mi mamá. El otro, joven, ambicioso y combativo.

El primero cuando me fui a Chile vivía en contacto conmigo, el otro me olvidó. Al volver el primero me acogió como si ayer nos hubiéramos visto y no hubiera pasado la década que había pasado. Al otro era imposible acercarse, vivía rodeado de un círculo áulico y de un jardín de espinos que no podías traspasar.

Uno en momentos aciagos corrió a ser consejero, amigo y padre; el otro me olvidó.

Dos concepciones del poder y de la amistad. El primero cercano y el otro se olvidó de momentos compartidos, de favores, y promesas incumplidas.

Uno alejado de la política sigue siendo AMIGO, CONSEJERO…el otro es político profesional, alejado, y las pocas veces que cruzamos una palabra fue para cortar puentes y alejar.

EL PRIMERO CREÓ LAZOS QUE VAN MAS ALLÁ DE UNA AMISTAD, HIZO PUENTES Y LOS REFORZÓ.

Qué asco le tengo a la política que aleja y como me gusta la política que acerca.

Al que le quepa el sayo que se lo ponga.

Pablo Macaya

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*