Portada

Por qué Montenegro huye de estas fotos mientras estira y pierde respaldo entre sus aliados

 

La realidad indica que el intendente marplatense pretende ser el único candidato de Juntos Por El Cambio. No lo logra ni en el PRO, lo van escanear en una interna luego de un compromiso sellado por Patricia Bullrich, Javier Iguacel, Ricardo López Murphy y adherentes libertarios enrolados con Javier Milei y José Luis Espert.

No lo pueden decir públicamente, pero saben que la gestión es un desastre, con el edificio municipal sin agua y descascarándose, como una postal de lo que ha convertido a la vía pública de Mar del Plata. Ameniza las fiestas y gesta un clima de negocios a partir de la explotación de los recursos y bienes públicos.

El distrito General Pueyrredón tiene un peso electoral propio de mucha influencia, es el mayor del interior de la Provincia de Buenos Aires. Montenegro se colgó y sube su precio, a cambio está “muteado” en su próximo paso político.

Montenegro no vino a trabajar como intendente a Mar del Plata sino a continuar viviendo de la política con la cual ya está por cumplir las bodas de plata.

Su ausencia en la foto grupal de intendente PRO ayer en Vicente López es una anécdota. El modo de gestión que estimula es precisamente el de las imágenes de sus  superfluos actos de gobierno. Ayer no aparece con los más importantes jefes comunales de toda la provincia, es de un oportunismo básico, de manual.

Ya ha tomado estado público su “ni” y desata internas innecesarias e inconvenientes. Abad su único socio político se ha convertido en un “piantavotos”, según lo consignan voceros políticos y múltiples medios de comunicación. Su precandidatura con el 1 % de intención de voto ya es un papelón que no registra antecedentes.

El ex intendente Daniel Katz lo trata de irresponsable como integrante de una estructura colectiva política, Oscar Pagni que siempre es tenido muy en cuenta por su sobriedad y calidad de análisis soltó “voy a creer en Montenegro cuando deje de ser intendente y se quede en la ciudad”, no se trata de mensajes encriptados, sino públicos.

El intendente se cree que la tiene atada pero su reelección es improbable luego de que eventualmente se postule. Raverta es una sombra que apunta a mantener el voto duro kirchnerista para dar la pelea hasta el final como en el 2019. En un escenario de tercios, es un combate pírrico que puede ser para cualquiera.

Hay que ver quiénes son los anotados y cuáles llegan a oxigenar este aire político viciado tan molesto como la ola de calor.

Deja un comentario