“Con el 21% en noviembre y volviendo a reunirse en enero, cierran 2022 con aumento del 83% cuando la inflación será al menos 98%. Terminan 15% abajo en el año. Si logran un 15% en enero, que cobran en febrero, se licua con el 16% de inflación que registrará el primer bimestre de2023”, esta es la verdad de la milanesa. Los datos surgen de una fuente especializada e irreprochable a la cual consultó mdphoy.com , frente a lo que se presenta como un acuerdo entre las partes y se firma dando conformidad.
El tremendo ajuste que entra ya en su cuarto año llega a esta conclusión: lo que se deberá atrasar es el hambre de sus familias, que no son defendidas por un sindicato que se ha convertido en una banda herbívora, en relación a situaciones menos comprometidas pero que generaron medidas de fuerza y paros continuados, como parte de la campaña política de Montenegro en 2017, 2018 y 2019, auspiciado por la gobernadora María Eugenia Vidal, para darle territorialidad al PRO.
Resignación para los trabajadores municipales, que sólo pueden observar como la pérdida de poder adquisitivo se reduce a mínimos no experimentados, que los ubica en la línea de pobreza y en algunos casos por debajo de los precios para acceder la canasta básica de alimentos..
La inflación es demoledora y es aprovechada por el intendente Guillermo Montenegro, para lograr algún equilibrio al cierre del ejercicio 2022, una vez más a través de un ajuste salarial como variable de su ajuste que no alcanza a cubrir por su abultada planta política.
La rebaja de su sueldo que anunció el propio Montenegro es equivalente “a la comida del canario”, no existe otra interpretación que una aviesa intencionalidad política frente a los contribuyentes. La misma es difundida a través de los medios amigos que le dan protección y cobertura mediática. No hay ajuste de la política ni eliminación de tasas, que podrían estar previstas y no son esperadas dentro del tratamiento del presupuesto 2023, que no sería elevado hasta enero.
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