En las últimas horas diferentes organizaciones se manifestaron contra la habilitación del boliche “Coco Beach”, emplazado en Aristóbulo del Valle y la Costa. Desde MuMaLá aseguraron que “se trata de los mismos propietarios de Cocodrilo”, el bar nocturno que hace una semana el intendente Pulti decidió no habilitar debido a que “estaba vinculado al circuito de trata”.
Por su parte desde La Fundación La Alameda, a través de un comunicado, informaron que “solicitamos formalmente mediante expediente administrativo al intendente Gustavo Pulti y al titular de Inspección General Eduardo Bruzetta, se abstengan de habilitar “Coco Beach”. Un mero cambio en la denominación del local o del titular de la firma no puede habilitar la instalación de una red de proxenetismo en Mar del Plata”.
En ese sentido, desde la ONG agregaron que “la semana pasada, el intendente prohibió por decreto la habilitación de Cocodrilo, a pedido del fiscal Daniel Adler. No obstante, Cocodrilo se prepara para abrir en Mar del Plata en el mismo lugar, con un nuevo nombre, y lo anuncia por las redes sociales para este sábado 27 de junio”.
Asimismo integrantes de Mumalá señalaron que “venimos denunciando la apertura del lugar por las denuncias que lo involucrarían con delitos de proxenetismo y explotación sexual, y exigiendo al Gobierno Municipal que realice los controles correspondientes”.
No obstante desde la organización La Alameda aclararon que “la causa n° 44.617/12, por la que se investiga a la organización de Cocodrilo fue iniciada por la Fundación Alameda junto a la asamblea vecinal “Recoleta Insegura”, y es por posible violación a la Ley de Estupefacientes n°23.737 y Ley de Trata de Personas n°26.364. La investigación se encuentra abierta y en trámite ante el Juzgado Federal N° 4, a cargo del Dr. Ariel Lijo”.
Concluyendo que “lo que la Alameda está denunciando en la justicia federal, no es a la denominación de un local, ni al Sr. Omar Suarez en particular, sino a la organización que lucra con la prostitución ajena, conste a nombre de quien conste”.
La Alameda, otro minúsculo grupito ultrafeminista como Mumalá, pretende erigirse en custodio de la moral marplatense.
Lo que corresponde es habilitar el local para luego controlar que se cumpla con la ley.
Mar del Plata, por el accionar de esta oscurantista administración municipal, se quedó sin luces ni color por el ridículo Código de Publicidad. Y ahora se va quedando sin atractivos nocturnos, convirtiéndose en una especie de convento puritano para regocijo de minorías intolerantes y fanáticas.
¿Cuál será el próximo paso? ¿Prohibir la elección de la Reina Nacional del Mar y de los Pescadores porque son sexistas y resultan apologías de la violencia de género cosificando a la mujer? ¿Prohibir el Bikini Open por exacerbar la líbido masculina?
¡Basta de prohibir! Prostitución y trata son dos temas muy diferentes. Y si en estos locales hubiera mujeres que se prostituyen voluntariamente, esas organizaciones puritanas deben saber que no existe ninguna ley en nuestro país que prohíba la prostitución.
Las leyes prohíben y reprimen la trata de personas (esclavitud sexual) y el narcotráfico. Nada que ver con el proyecto comercial que se intenta instalar.
Si se comprueba que infringen estas leyes, pues entonces sí les cabe una clausura. No antes, no por supuestos, no por las dudas.