Un buen trabajo estadístico en las jurisdicciones respectivas no arrojaría nada que sorprenda demasiado. Los 6 kilómetros de la Avenida Jorge Newbery deben acumular diariamente la misma cantidad de accidentes que todo el resto la ciudad. Potencialmente es lo que surge de la crónica diaria. O por lo menos sería de una significativa proporción.
Ayer a las 17,30 un motociclista fue víctima de otro accidente demandando auxilio de una ambulancia, policías de la Provincia de Buenos Aires y efectivos de la UTOI. De acuerdo a la información surgida en el personal actuante, el motociclista se encontraba sin pérdida de conocimiento. El hecho ocurrió sobre Jorge Newbery a pocos metros de Mario Bravo y Edison.
El corte de tránsito, ineludible para estos accidentes, provoca que no haya escapes posibles. Aunque conductores desaprensivos hayan utilizados la potencia de sus camionetas 4 x 4 para convertir las veredas de Paseo Sur en la pista de Ímola.
En ese mismo lapso, un hombre se desplazaba a bordo de su motoneta con un nene parado en el piso de la misma, y se podía observar que el pequeño llevaba colocado un casco. Un detalle que no es menor es que el niño iba dormido. Algo que en esos casos es muy propenso a suceder.
El agrietamiento que sufre la cinta asfáltica de la Jorge Newbery ya es motivo del tome de juntas de las mismas a cargo de la empresa Pasalto. Todo supone que la superficie ya no resiste el paso de tránsito pesado de camiones con capacidad de miles de kilos (alrededor de 60.000) , colectivos de corta, media y larga distancia, máquinas viales. Es todo un despropósito.
Newbery está camino a saturarse en breve, en la actualidad exhibe un alivio propio de épocas de temporada baja. Una rápido relevamiento hará caer en la cuenta que progresivamente el deterioro volverá el tramo intransitable, más peligroso e inseguro, con los previsibles daños materiales y personales que pueden ser trágicos.
Se ha podiso obervar a camiones de Pasalto distribuyendo acelerante de frague sobre las juntas de la Avda Jorge Newbery. Es la misma empresa que hizo bacheo y reparación parcial y/o total de la Ruta 88. No hay nada que no se conozca. Pero no hay nadie que se ocupe.
Todo lo que se les ocurrió a las autoridades políticas, oficialismo y oposición, municipalidad y provincia, formar una mesa de trabajo. Vengan a sesionar e instalen pupitres y sus cómodas bancas en el lugar llamen la atención, controlen a quienes tienen a su cargo las obras.
Es tiempo de rosca en la política, colgarse de la continuidad del financiamiento electoral.
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