Rolando Figueroa está haciendo historia en Neuquén. El ex vicegobernador y actual diputado nacional logró terminar con la hegemonía política más persistente de la Argentina. Este peronista inorgánico que logró el milagro de conseguir el apoyo simultáneo de Sergio Massa y Mauricio Macri, derrotó al Movimiento Popular Neuquino, el partido creado por la familia Sapag que llevaba seis décadas gobernando la provincia donde se asienta el megayacimiento de Vaca Muerta.
Figueroa, un disidente del MNP que no toleró su vocación de autonomía política, se imponía este domingo por el 35 por ciento de los votos contra un 32 por ciento del oficialista Marcos Koopmann. La caída del MPN sorprende porque Jorge Sapag, el caudillo del movimiento e hijo del fundador, desplegó una serie de candidatos opositores financiados por su fuerza, para quitarle chances a Figueroa, que sin embargo logró retener los votos necesarios para derrotar al partido gobernante.
Koopman nunco logró ofrecerse como una instancia superadora y Figueroa si consiguió que permeara el discurso lógico que 60 años en el poder son suficientes como para ensayar un cambio.
“Terminaron transformando algo que fue ejemplo en el modelo de desarrollo, de crecimiento como provincia, en un sistema clientelar, en un sistema que sólo les responde a las familias del poder, en un sistema antidemocrático, en un sistema invadido por la corrupción”, reflexionó Figueroa sobre la trayectoria del MPN, en una reciente entrevista con LPO.
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