
“Voy a creer en Montenegro cuando deje de ser intendente y se quede a vivir en la ciudad”, la expresión del escribano Oscar Pagni cobran plena vigencia, aún cuando la misma fue vertida en 2023. Hay nuevas noticias Montenegro ya no está en la ciudad.
Y el “pro medio” de su gestión de 6 años compite con Aldosivi, la B es una instancia de descenso. Se familiarizan términos aplicados al futbol que se compatibilizan con la política. El resumen práctico propone ser categórico ahorrando palabras.
Agustín Neme condicionado en el incómodo ínterin va armando el rompecabezas. La línea de sucesión no es arbitraria aunque sí compleja. Discretamente dado que Montenegro ha desertado con demasiados deberes sin hacer. Neme no gozará del blindaje del cual abusó el intendente actual ni tampoco de la mayoría propia en el HCD. Van a cambiar secretarios y en ese papel la UCR bajará varios casilleros y su condición de árbitro en el deliberativo será cuestión de diversos laudos según los casos.
Ya hay una transición moderada por el abandono de hecho del intendente “en funciones” de la Municipalidad de General Pueyrredon. La historia de la ciudad no registra antecedentes de esta naturaleza en referencia al ordenamiento político. Es traumático para quienes sostienen el sistema votando y pagando tasas sin recibir nada a cambio. La política sigue con su festival de elecciones de más de lo mismo.
Reina una especie de vacío de poder, que en cierta manera podría haber sido superado, con un pedido de licencia de Montenegro para hacer campaña con el buzo violeta. No fue así había que hacerse cargo de la multimillonario gasto como aspirante a senador bonaerense. Ya está, lo pagaron los contribuyentes marplatenses, de diversas cajas. Fundamentalmente del EMTUR y C , a cargo de Bernardo Martín que responde al senador Alejandro Rabinovich.
La reelección llegó para Montenegro con sus ambiciones intactas, antes de cumplir el 50 % de su segundo mandato, camino a la gobernación bonaerense. Toda una defraudación en lo estrictamente reglamentario. Hubo un desvío hacia LLA, fotos y todos los gestos con Alejandro Carrancio, quien ya juega sus fichas para ser el intendente de LLA en 2027. Un referente de fuste que hoy se debate en cuanto a su legitimidad y vigencia, en la despiadada disputa que sufre la familia Milei en todos los órdenes políticos e institucionales.
Todo lo que toca LLA está a la deriva, no sólo la economía. De la debacle participa Axel Kicillof, un gobernador que capitalizó el descontento con sólo un 55 % de participación en una legislación legislativa y en un inédito desdoblamiento que respiró el aire de su lapidación a CFK para devaluar su poder político. Un amañado peronista para acomodar sus cargas mediante el padecimiento de 18.000.000 bonaerenses con las presidenciales a la vista.
Todas son calles que se cruzan y llegan a una rotonda dando ya no caben todos. Es dramática la situación social. Los resultados de la economía decididamente siguen arrojando resultados negativos. Se acumulan índices que coinciden con crisis que han sido demoledoras.
Es el modelo que con audacia abrazó Montenegro, que refleja en Mar del Plata una pronunciada caída de toda la cadena productiva donde no escapan las actividades fabriles, comerciales y turísticas. Todos los sectores golpeados, sin embargo son banderas que enarboló Montenegro en esa especie de sosías que dice representar del presidente Milei. Hay números que no cierran.
Y se ha complicado el caldo. Nada parece normalizado, sino que se asume como una transferencia de poder que se está concretado cuando las dependencias están al borde de su funcionamiento. Ya no es posible a observar a funcionarios políticos con los cuales Montenegro cubrió cargos de nómina ejecutivos. Fueron política + burocracia, cuya limpieza se vuelve inexorable.
Los acuerdos políticos carecen de interlocutores válidos, se ha caído la fórmula del PRO, la UCR y la CC. En el nuevo esquema interviene LLA y gana espacios son los nuevos socios del poder con lo sucedido el 7 de setiembre, pero nada está dicho hacia el 26 de octubre. Estamos en el peor de los mundos, sostienen fuentes irreprochables.




