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¿Montenegro qué es lo que nos está pasando ahora? ¿Cuál es tu problema?

El tortuoso camino de reorganización del PRO va alojando capítulos que producen el desandar amarillo. Ya en estado deliberativo reprimido se desconoce cuál será el amontonamiento definitivo. El intendente Guillermo Montenegro ha sabido pulsear las internas desde la época de ex vicepresidenta Gabriela Michetti. Así que su silencio tampoco es conspirativo, sólo habrá que aplicarle el viejo axioma “para entrar hay que saber salir”, y en medio de la confusión generalizada que tensa las relaciones, es casi hasta un aporte. Ayer pegó el faltazo a otra cumbre del PRO en el Centro Naval Olivos.

Bullrich lo quiere como ministro en un eventual próximo mandato suyo, mientras que también surge de las gargantas profundas del PRO que Montenegro suena como prenda de unidad que se convierta en un torniquete que para la sangría, que produce un desbalance del conjunto de Juntos Por el Cambio. Hasta hace un año con el 70 % del arco abierto, encima apareció Milei cuando nadie se lo esperaba y convirtió en tercios. El problema es de los que se comieron el postre antes de tomar la sopa.

Es difícil comprender por qué el intendente se volvió tan reacio a un pronunciamiento de reelección cuando lo acompaña un voto espontáneo del 41 % y si medía un 2 % cuando lanzó en 2018 su candidatura a intendente de la ciudad, que ganó con el 60 % de nivel de conocimiento.

Con el panorama actual es necesario desensillar hasta que aclare o como dijo el filósofo Carlos Ruckauf “En política hay veces que hay que saber hacerse el boludo”.

El “Gordo” como también lo apelan en sus círculos más estrechos no quiere saber nada de tener que vivir otros cuatro frente a la intendencia marplatense con Axel en La Plata. Han logrado sacarlo de su zona de confort y el plan Mariu se licuó como el valor del peso al cual el billete de $ 2.000.- no vale ni el niquel de una moneda.

No ha tenido una gestión para lucirse, ha recurrido a la contabilidad creativa y al manejo de los presupuestos tensos que hacen agua apenas se los escanea. Va a ser muy dolorosa la verdad a la hora del ajuste que tendrá que hacer cualquier gobierno que asuma. Mar del Plata está al garete y atornillado al  ¿sillón del COM? (donde no se lo ve mucho tampoco) la situación es comprometida.

Hoy no tener que enfrentar los piquetes de la 9 de julio ante una eventual mudanza a CABA es uno de los principales alicientes para seguir por ahora en “su lugar en el mundo”, una reducción que aprieta, que duele, pero que el Ruso desaconseja desde Palermo Soho. Los senadores provinciales porteños que votaron en Lobería, Juárez, Rauch, Ayacucho etc., viven otra vida no exenta de otros placeres mundanos, amén de los millones de $$$ en los bolsillos, que superan a funcionarios de la AFIP y la ANSES, entre otros.

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