¿Se ha mancado Montenegro en los cien metros finales? Valenzuela tomó la delantera por los palos, y corriendo por afuera el Gordo no está en el mejor estado, difícil la incentivación, cuando el rival ya corre solo.
“ …y los intendentes Guillermo Montenegro -Mar del Plata-, Ramón Lanús -San Isidro- y Manuel Passaglia -el ex de San Nicolás-, son apenas algunos de los dirigentes amarillos que podrían seguirlos pasos de Valenzuela”, dice Andrés Lavaselli en su panorama político que publica hoy la agencia DIB.
Y abunda en el epílogo con los siguientes conceptos: “No está claro todavía si hay fórmula de convivencia. Lo que sí parece evidente es que la necesitarán para evitar cortocircuitos. El caso Montenegro es un ejemplo: si el alcalde se suma a LLA lo hará de la mano de Caputo, pero Karina-Pareja tienen otra referencia en Mar del Plata, el diputado Alejandro Carrancio. ¿A quién priorizar?”
La construcción política de Mar del Plata se maneja desde CABA con inserción en La Plata, sólo así surge un intendente como Montenegro en 2019 que arrancó con la designación de 150 nombramientos políticos en la MGP, tornando a esta ciudad en lo que La Matanza es al kirchnerismo.
El resto gira en torno a un clima de negocios y acuerdos en negociaciones no exentas de influencias vinculadas al poder económico. En este circo, el intendente marplatense puede haber caído en el reverso de la moneda del poder territorial en el andamiaje de General Pueyrredon.
Y también en la provincia donde Valenzuela le ha sacado varios cuerpos, adelantándose en este rango y mida que se libra despiadadamente en el seno de la LLA, donde la lucha por el espacio ha pasado a ser excluyente. Es la invasión de la casta pertenecer a la misma, o quedar afuera de la misma, al margen del manejo público del Estado y los negocios vinculados al mismo.
No hay que olvidar que Mar del Plata, es un ensayo crucial para Montenegro, por su condición de ser la ciudad más importante del interior de la Provincia, como vidriera y cantidad de electores, opción para ser la posta y convertirse en el gobernador de la Provincia, objetivo excluyente para cualquier gobierno nacional, cuyo segundo mandato está en su hoja de ruta. Al cumplir el 50 % de su primer mandato llamó la atención de la jerarquía de planta de la municipalidad el gasto en publicidad: como por ejemplo $ 50.000.000.- a Mirtha Legrand y recientemente $ 150.000.000.- a Migue Granados.
Montenegro no ha cumplido los deberes, los hizo muy mal, y en ese trasiego se entreveró con el radical Maximiliano Abad, un político también muy afín a Mauricio Macri, como el mismo ex presidente lo ha reconocido públicamente.
El intendente marplatense usó la ciudad como trampolín para sus aventuras políticas y la demostración más palpable es la involución que sufre Mar del Plata desde hace seis años, sin genuinos respaldos políticos sino cargos rentados en el Departamento Ejecutivo y en el Honorable Concejo Deliberante.
Ahí, Carrancio le cuenta las costillas una por una, y Montenegro debe remar en una pelea desigual. El elenco que integró con Karina Milei, Lele Menem y Sebastián Pareja, lo dejaron en la agenda de Gastón Abonjo, quien no es una primera línea con poder de decisión.
En este contexto político no hay Santiago Caputo que valga o involucrarse hasta el tuétano con Ariel Lijo militando su nombramiento como es el camino elegido por Montenegro.