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Mientras el oficialismo avanza con su campaña de presión en las calles, y con el PJ nacional en estado de “movilización y alerta”, el presidente del peronismo bonaerense y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, encabezó ayer un acto en Avellaneda. Habló por primera vez desde que la fiscalía pidiera 12 años de prisión contra Cristina Kirchner, en la causa que investiga la corrupción con la obra pública en Santa Cruz.
“Quiero agradecer las expresiones de afecto y resistencia por Cristina. Si a Cristina la defiende la gente como la está defendiendo es porque siempre pulseó por los intereses de las mayorías”, dijo.
“La mejor manera que tenemos de defender a quien queremos es defender a nuestra patria. Porque van a venir por la flexibilidad laboral, la flexibilidad impositiva para que inviertan ellos, y la flexibilización ambiental, poder dañar y sacar los recursos naturales a como de lugar”, agregó, con críticas a la oposición y la mirada puesta en 2023.
El hijo de la Vicepresidenta participó de un encuentro con delegados de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Estuvo acompañado por el jefe del sindicato, Abel Furlan; el secretario general de la seccional local, Daniel Daporta (que habló de Cristina Kirchner como “futura presidenta”), y el flamante ministro de trabajo bonaerense, Walter Correa, que en las últimas horas respaldó que el Frente de Todos realice una gran movilización en respaldo de la Vicepresidenta.
El acto comenzó al son de una canción que suena hace una semana en todas las actividades oficialistas: “Si la tocan a Cristina, que quilombo se va a armar”, cantaron decenas de dirigentes gremiales y funcionarios provinciales y nacionales entre el público. Asistieron algunos de los dirigentes más cercanos a la Vicepresidenta, como el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, la titular del PAMI, Luana Volnovich, y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza.
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