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Mascherano es el quinto defensor; ¿Y “El Apache”?, es una decisión de “Pachorra”

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A la euforia que envuelve el éxito, hay que llevarle claridad. Si el número 14 de la blanquiceleste no llegaba a dos providenciales cierres, muy posiblemente Romero hoy sólo sería el héroe de Eliana Guercio. Pero hay que remontarse a los antecedentes, por más que digan que el futbol no tiene lógica, lo cual no es absoluto. Ayer el apellido Tévez, por Carlos, estuvo ausente en todos los títulos de los diarios del país, de las audiciones radiales deportivas y de las transmisiones desde Brasil.

Difícilmente Alemania perfore la red nacional siete veces como lo hizo con Brasil. No es lo mejor para un periodista gráfico apoyarse en los videos, porque se estaría rompiendo el encanto de lo imprevisto, de la jugada con la crítica y el elogio. Se creó una antinomia entre los tres delanteros y los cinco defensores.

Si Mascherano no llegaba con sus dos máximos esfuerzos a despojar, no casualmente a Robben, hubiera saltado la térmica. Porque estaba todo planificado, aún a riesgo de no ser efectivo como último hombre. Beckembauer fue un líbero de toda la cancha, delante y detrás de su defensa, como primer pase o también como lanzador. Mascherano llegó frente a Holanda a comprometer a la última línea naranja, es cierto le faltó resolución, pero sobrepasó a sus propios delanteros. Quién pensó en marcarlo en el equipo de Van Gaal. El hombre del Barcelona, hubiera evitado los penales, aún antes de las jugadas de Palacios y “Maxi” Rodríguez.

Pero el escaso aporte de Messi, estimo tuvo su origen en la tragedia vivida por nuestro colega Jorge “Topo” López, que muy pocas horas antes perdió la vida trágicamente en San Pablo, de ese país tan espléndido, maravilloso y caótico como es Brasil. Mascherano se puso todas las camisetas, y sacó el plus por su amigo y compañero del “Barsa”.

Romero para algunos no debió formar parte de la lista de los 30, y fue el más resistido de todos los convocados por Sabella. Pedían por Orión para la titularidad, hasta por Barovero y Saja, un verdadero dislate que se encolumnaba, junto al pedido de Tevez, como los cuestionamientos más serios que recibía el entrenador en el dúa a día de la selección. Tal vez Romero no tenga la sensación de invulnerable como Ubaldo Matildo Fillol, pero no sólo ha sido importante deteniendo dos de los cuatro penales que remataron los holandeses.

Pero nada es casual si nos atenemos a Alejandro Sabella, interpretamos sus palabras, su austeridad, reflexiones y conductas. En La Plata los inundados todavía reclaman por las donaciones que no les llegaron, recaudaron en nombre del gobierno y se quedaron (como acostumbran) con el vuelto.

En cambio Alejandro Sabella (formado en el equipo técnico de Daniel Passarella) abrió las puertas de su residencia y alojó a los damnificados de esa ciudad, en un gesto solidario y humano que no tomó el valor mediático de una foto robada o un insulto en off. Sabella con el humilde Estudiantes de La Plata, estuvo a punto de eliminar al equipo de Guardiola en el pico de su rendimiento, por la final de clubes campeones en Japón.

En la final de Italia ´90, con el equipo nacional diezmado, dirigido por Bilardo, con Maradona en muletas, fue necesario que un mexicano disfrazado de árbitro, cometa el mayor despojo de la historia de una final del mundo,

Aquello fue una epopeya futbolística.  Ahora, se trata de una manifestación de los valores más decadentes, de una predominante clase nacional, que insólitamente se dedica a agraviar a los brasileños en su país, la verdad que es difícil entender lo que a todas luces es una provocación, injustificada y alentada desde programas como el de Marcelo Tinelli, la verdad causa asombro que se encienda una contienda, con todo el dolor que ya nos ha dejado este mundial. Hay muchachos que no tienen toda la ropa en la valija.

Millones de argentinos, como ya ha ocurrido ganaron las calles, desde una gran ciudad del país o un pueblo perdido de nuestra generosa geografía. ¿Pero saben todos quiénes son Basanta, Biglia, Federico Fernández, Garay, Campagnaro, hasta Enzo Pérez? De Michelis cubrió de experiencia y solvencia, las garantías de ese puesto. A Sabella no se le escapó nada, armó el conjunto alrededor del jugador más valioso del mundo. Ahora tiene enfrente, a la máquina alemana.

Una buena o una mala tarde individual, pueden definir el pleito. El Brasil del ´70 no podría jugar como tal. La selección de Sabella, acabará con un estilo de conducción. El sello es inconfundible, pero abruma el desconocimiento de algunos periodistas deportivos especializados en futbol, que han llenado espacios, y lo siguen haciendo, lo único que falta es que digan que hay que “morir con la nuestra”. Es una cuestión de “Pachorra”

 

Jorge Elías Gómez

jgomez@mdphoy.com

 

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