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Los pros y contras de los candidatos a asumir como DT de Boca

Después de siete meses, el banco de suplentes de Brandsen 805 volvió a quedar acéfalo. Tras caer en la final de la Copa Libertadores en el Maracaná ante Fluminense, el entrenador Jorge Almirón renunció a su cargo y dejó a Boca a la deriva y con unos pocos partidos de changüi para ingresar al certamen continental del próximo año. En las primeras horas posteriores a la decisión del nacido en San Miguel, ya empezaron a sonar varios nombres que se postulan para sucederlo en el puesto. Conocé los pros y los contras de cada uno de los DT´s.

Fernando Gago

Fue uno de los primeros que trascendió porque se quedó hace poco sin trabajo -se fue de Racing tras ser insultado unánimemente por el Cilindro de Avellaneda- y por ser del riñón más profundo del club. Su libertad de acción puede ser tomada como un punto a favor de cara a las negociaciones, ya que no hay ningún otro cuadro de por medio que ponga palos en la rueda. Además, no es un detalle menor que conserva una relación cordial con Juan Román Riquelme, el vicepresidente del Xeneize. Fue invitado a su partido despedida en La Bombonera, el pasado 25 de junio, y compartieron algunos años en el plantel de la Selección Argentina comandada por el Coco Basile.

Por otra parte, su estilo de juego ofensivo, agresivo y de cuidado extremo de la tenencia de la pelota se emparenta con el que quiere buscar la dirigencia en esta nueva elección. La intención es que Boca vuelva a ser el protagonista y Gago parece ser el indicado para lograrlo.

Ahora bien, el problema de Pintita es que no posee el quorum completo de los hinchas. El paladar xeneize, que valora más los puntos que los medios utilizados para conseguirlos, miraría de reojo cada resultado del ex-DT de la Academia, que tampoco levantó títulos importantes salvo las finales en las que venció a Boca. En este sentido, genera preocupación que en los momentos de definiciones más calientes (semis de la Copa de la Liga 2022, última fecha de la Liga Profesional 2022 y fase de grupos de la Copa Sudamericana 2022) le faltó actitud y ese buen juego de toques cortos que había desplegado.

Guillermo Barros Schelotto

Si se hiciera una gran encuesta a la totalidad de los socios de Boca sobre qué técnico les gustaría que volviera al club, seguramente el nombre del Mellizo saldría primero por afano. A pesar de ser uno de los rostros que quedó marcado por la derrota en la final de Madrid ante River, el elenco de Guillermo Barros Schelotto fue uno de los que mejor jugó en el último tiempo y hasta podría decirse que en 2018 había hecho un buen año hasta diciembre, porque se había quedado con la Superliga de forma contundente. Vendría a ser el candidato del hincha genuino.

Sin embargo, su último paso como entrenador de la Selección de Paraguay terminó muy mal. No solo por los tenues resultados (1 PG- 1 PE- 2 PP) que lo depositaron en la zona de repechaje, sino por su enemistad con la prensa local.

Además de que el recuerdo de la final perdida en el Bernabéu todavía esta fresco, mantiene una tensa relación con Riquelme desde la época en la que fueron compañeros. Antes de la final de la Intercontinental 2000 contra el Real Madrid, se decía que el Diez prefería que Marcelo Delgado acompañara a Martín Palermo en la delantera en lugar del Mellizo, que había sido partícipe de una de las duplas más letales de la década del `90.

Más cerca en el tiempo, en diciembre del 2010, tuvieron un cruce verbal que tomó entidad pública. “No puedo analizar el nivel de Riquelme porque se viene lesionando mucho en el último tiempo. Habría que encontrar el motivo”, disparó Barros Schelotto cuando era jugador de Gimnasia. Y la respuesta del Torero no se hizo esperar: “No me pareció bien lo que dijo Guillermo porque sólo tuve una lesión en la rodilla. No me desgarré siete veces en un año. Con él tengo una relación normal pero cuando opina debería tener un poco más de cuidado”.

Ricardo Gareca

La experiencia del Tigre lo depositó como otro de los postulantes para sentarse en el banco de suplentes de La Bombonera. Es un DT con vasta trayectoria que sacó campeón a Vélez de cuatro campeonatos locales (Clausura 2009, 2011, Inicial 2012 y Superfinal 2012/13 ante Newell´s) y se convirtió en un prócer de Perú al clasificar a la selección a una Copa del Mundo después de 40 años. Su currículum lo ubica como un técnico a la altura de un club como Boca.

En contraposición, su etapa más reciente en el Fortín no fue para nada buena. Dirigió apenas 12 partidos y consiguió una sola victoria. El resto fueron siete empates y cuatro derrotas. La estadística hundió aún más a un Vélez hambriento de puntos en su lucha por mantenerse en la Primera División.

En el lado xeneize también arrastra una espinita histórica que es difícil de extirpar. En 1985, el Tigre vestía la camiseta azul y oro y decidió pasar a River en el medio de un caos institucional inédito en Brandsen. Además del pase de Oscar Ruggeri, aquella extraña operación incluyó el trueque de Carlos Tapia y Julio Olarticoechea, quienes lucían la banda roja. La hinchada xeneize nunca le perdonó esa “traición” y la herida, pese a que pasaron 38 años, todavía tiene carne viva.

Gabriel Milito

Además de ser del gusto absoluto de Riquelme, el exdefensor se ubica como uno de los más codiciados del fútbol argentino tras su sorpresiva renuncia en Argentinos Juniors, al que había hecho competir seriamente en el plano internacional después de 30 años. No obstante, fue uno de los primeros que, según lo que trascendió, se bajó de la chance de dirigir a Boca porque decidió esperar alguna propuesta del continente europeo. Su nula vinculación con el seno del club podría haber aportado a su decisión.

Martín Palermo

El otro gran ídolo contemporáneo. Su figura ya sonó como candidato tras la salida del Negro Ibarra en abril y siempre aparece en el radar cuando se abre la oportunidad de dirigir al club que lo depositó en la cima del mundo en el 2000. Y ahora, aparte de ser el máximo goleador de la historia de Boca, hizo una firme campaña con Platense y lo mantuvo en la categoría más alta del fútbol argentino por un año más. Yo creo que todo lleva su tiempo, soy muy de intuir los momentos que me toca trabajar. Es cuestión de sentirse querido y valorado y que crean en el trabajo de uno. Obviamente no hay que dejar mucho tiempo cuando uno está sin trabajo” , apuntó en noviembre del año pasado sobre la chance de tomar las riendas del cuadro de la Ribera en algún momento.

El principal impedimento para el regreso del Titán es su vínculo con el Calamar. Si bien su contrato finaliza en diciembre, es posible que busquen renovárselo de cara al 2024. Ya asegurada su permanencia, intentarán entrar en alguna copa internacional el año que viene y el Loco podría ser el señalado para hacerlo.

En la misma línea de importancia se ubica su siempre compleja relación con Riquelme. Es de público conocimiento que, pese a su facilidad para conectar dentro del campo de juego, nunca fueron amigos y las diferencias pesaron más en su historia personal. También es cierto que el gesto del Diez de invitarlo a su partido despedida, al que finalmente no fue debido a sus compromisos en el cuadro de Saavedra, marcó una especie de reconciliación en su vínculo, sumado a la confianza que Boca depositó en su Platense para potenciar a jugadores del estilo de Maximiliano Zalazar o Vicente Taborda.

Carlos Tevez

El último ídolo del equipo de la Ribera. Ganador de 11 títulos, el Apache es del riñón del club y uno de los más queridos en el imaginario popular. En paralelo, su carrera de entrenador está en su punto más álgido. Tras potenciar a los jóvenes valores de Rosario Central, salvó a un Independiente al rojo vivo y lo sacó, a base de cambios de jugadores y mejoras en el estilo de juego, de la zona de descenso en la tabla anual. No es un detalle menor que, hasta el momento, está clasificando a los cuartos de final de la Copa de la Liga.

Justamente por eso, la dirigencia del Rojo está buscando la renovación de su contrato, que se termina en diciembre de este año. Entre la comodidad de su nuevo club, en el que se ganó el aval de los hinchas y dirigentes, o la chance de agarrar un fierro caliente, Carlitos podría decantarse por la primera opción, a pesar de que la segunda involucra a su querido Boca Juniors.

Diego Martínez

El otrora entrenador de Tigre ya estuvo en el podio de los elegidos para suceder al Negro Ibarra antes de la llegada de Almirón. Hizo un campañón con Tigre en la Copa de la Liga 2022, pero perdió la final ante el Xeneize en Córdoba. Las ventas de Facundo Colidio y Mateo Retegui están muy relacionadas a su labor como DT. Además, Martínez conoce las entrañas del club porque dirigió a la pre-novena en el 2015. Hasta los tuvo a Valentín Barco y Ezequiel Fernández, con quien también coincidió en el Matador.

Lo negativo es que ya está trabajando como DT de Huracán, que está en plena pelea por salir del pelotón del descenso, y la idea de la dirigencia xeneize es buscar a alguien que no tenga un cargo vigente. Otro ítem a tomar en cuenta es su última imagen en Tigre, donde pasó de héroe a villano tras un pésimo segundo semestre que lo ubicó en el radar de la zona roja. Sería una apuesta total de Riquelme, aunque hoy la chance parece lejana.

Eduardo Domínguez

Haber salido campeón con Colón de la Copa de la Liga 2021 lo catapultó a la cúspide del fútbol local. Figuras como Rodrigo Aliendro, Alexis Castro, Luis Pulga Rodríguez y Leonardo Burián crecieron a partir de su llegada al Sabalero. Es otro emparentado con el paladar que busca Román de cara a la elección del nuevo DT. Su relación familiar con Carlos Bianchi (yerno), podría colaborar a un acercamiento con los altos mandos del Xeneize.

El tema es que también está con trabajo en Estudiantes de La Plata, por lo que tendría que rescindir su contrato para ir a la República de La Boca. Y tampoco tendría la banca incondicional del hincha porque no es un hijo del club. Otra opción que se ve compleja.

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