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La miopía política de la UCR bonaerense con Abad pegado al PRO

 

Anoche con Mendoza fueron 7 las provincias que la UCR gobierna en la coalición Juntos Por el Cambio.

La acumulación de provincias que eligen gobernadores radicales, o bien performances electorales de la UCR muy competitivas, ya consolidan las críticas del rumbo que tomó la conducción de Maximiliano Abad, quien ató la suerte del radicalismo en el máximo escenario de disputa nacional, el territorio bonaerense.

Pero también no se deja de soslayar que el presidente de la UCR provincial, privilegió acompañar (sonó como candidato a vicepresidente de la Nación de Patricia Bullrich) al PRO también en otras instancias, como vice gobernador o senador nacional, lugar que finalmente terminó ocupando. Es decir beneficios personales, como la meteórica llegada de su esposa Marina Sánchez Herrero a la presidencia del Concejo Deliberante de la MGP, a quien correligionarios le objetaron falta de militancia y trayectoria política.

Pero previamente a ello consumó la entrega de la Municipalidad de General Pueyrredon, que dejó en manos de Guillermo Montenegro, y marcó un hito histórico: Mar del Plata no tiene un candidato radical a la intendencia desde 1983, pero además cerró la sede del comité local  y las reuniones partidarias se realizan en domicilio particulares, hoteles y hasta en la Fonte de Oro de la calle Guemes

“Con 13% le ganas la interna al PRO”, fue una máxima que planteó en una entrevista con Clarín Facundo Manes una semana antes del cierre de listas. Incluso quienes acusan puertas adentro del partido al neurólogo de tener una mirada egocéntrica le reconocen que es quien mejor analizó la coyuntura previa a la elección, cuando habló de una PASO disruptiva, diferente a todo lo visto.

“Podría haber sido Facundo, Gerardo (Morales) o Martín (Lousteau), pero de cualquier manera nos hubiera ido mejor de lo que nos terminó yendo pegados al PRO”, es el comentario de un interlocutor del diputado bonaerense, que ve en el horizonte una UCR afuera de Juntos por el Cambio y con un recambio de liderazgo natural, del que saldrían airosos, cree, sólo Manes y Lousteau.

“Hoy ves la foto del radicalismo y tenés a casi toda la histórica dirigencia jubilada“, suelta la fuente que asegura que en los despachos de diputados y senadores del Congreso hay una enorme incertidumbre sobre quién va a tomar la rienda legislativa después del 10 de diciembre. “Hasta perdimos San Isidro con (Gustavo) Posse por ir pegados a Larreta”, se sinceran, todavía frustrados.

El futuro de Juntos por el Cambio después de las elecciones es una verdadera incógnita. La aparición de Javier Milei como opositor central en la escena electoral dejó expuestas como nunca las internas que existen en la que en la última década fue la principal coalición adversaria del kirchnerismo, al punto que desde distintos sectores del espacio dan por hecho que después del 10 de diciembre el bloque se partirá, desde lo legislativo como en lo estructural.

A un mes de las generales, la multiplicidad de escenarios abiertos desde lo electoral todavía obligan a JxC a mostrarse como un bloque compacto. Con los votos adentro de su bolsa y después de ganarle la interna a Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich quedó como líder natural del espacio y peleará por la presidencia el domingo 22 de octubre, contra Milei y el oficialismo de Sergio Massa. Un ingreso al balotaje del 19 de noviembre extendería otro mes el contexto actual, que se consolidaría si es electa presidenta.

Aunque las chances electorales de Bullrich generan incertidumbre interna, todos los actores del cambiemismo coinciden en el alineamiento a esa candidatura. Ese pedido bajó Rodríguez Larreta, su vencido en las PASO, pero también es un mensaje que llegó desde la Coalición Cívica de Elisa Carrió, desde el peronismo republicano de Miguel Pichetto y desde el radicalismo, que tiene a Luis Petri dentro de esa fórmula como candidato a vicepresidente, pero que quedó con heridas abiertas después de una primaria en la que las internas parecen haberlo desintegrado.

Se da una paradoja dentro del centenario partido. De las seis provincias que Juntos por el Cambio se aseguró gobernar a partir de diciembre, al menos tres serán lideradas por la UCR: Carlos Sadir, el delfín de Gerardo Morales en Jujuy, Gustavo Valdés, en Corrientes y la novedad de Maximiliano Pullaro en Santa Fe. Y se espera que se sume la semana que viene Mendoza, con Alfredo Cornejo, ya sumó Chaco, este domingo con Leandro Zdero sin necesidad de ir a un balotaje con Jorge Capitanich.

Ese combo le daría supremacía en gobernabilidad provincial respecto al propio PRO, que tiene asegurado a Ignacio Torres en Chubut y a dos gobernadores apoyados en campaña por el partido como Claudio Poggi, en San Luis, y Marcelo Orrego, en San Juan. El cuarto sería Jorge Macri en la ciudad de Buenos Aires y el quinto Rogelio Frigerio, si se impone sobre el PJ en Entre Ríos.

Vencedores y vencidos

“Con 13% le ganas la interna al PRO”, fue una máxima que planteó en una entrevista con Clarín Facundo Manes una semana antes del cierre de listas. Incluso quienes acusan puertas adentro del partido al neurólogo de tener una mirada egocéntrica le reconocen que es quien mejor analizó la coyuntura previa a la elección, cuando habló de una PASO disruptiva, diferente a todo lo visto.

“Podría haber sido Facundo, Gerardo (Morales) o Martín (Lousteau), pero de cualquier manera nos hubiera ido mejor de lo que nos terminó yendo pegados al PRO”, es el comentario de un interlocutor del diputado bonaerense, que ve en el horizonte una UCR afuera de Juntos por el Cambio y con un recambio de liderazgo natural, del que saldrían airosos, cree, sólo Manes y Lousteau.

“Hoy ves la foto del radicalismo y tenés a casi toda la histórica dirigencia jubilada“, suelta la fuente que asegura que en los despachos de diputados y senadores del Congreso hay una enorme incertidumbre sobre quién va a tomar la rienda legislativa después del 10 de diciembre. “Hasta perdimos San Isidro con (Gustavo) Posse por ir pegados a Larreta”, se sinceran, todavía frustrados.

La teoría del “todo vuelve”

Fue la conducción del radicalismo, con Morales y Lousteau como referentes, la que se pegó al proyecto nacional de Rodríguez Larreta. A regañadientes y sobre la hora, el propio Manes se sumó al apoyo del jefe de Gobierno porteño en su trunca aventura presidencialista.

A la distancia, fuentes del partido no consideran un error haber jugado cerca del larretismo en la elección, aunque sí creen que hubo alertas que no se trataron a tiempo y que el propio Larreta fue el que, a contramano de muchas sugerencias, equivocó la estrategia.

“Horacio sigue pensando que todo va a volver al centro en algún momento, y que ahí de nuevo él va a cotizar”, es el comentario incrédulo de un referente radical que se jacta de haber advertido el inicio de la debacle y que todavía se sorprende por cómo el jefe de Gobierno, en charlas privadas, sobreanaliza la coyuntura.

La aplastante victoria de Maxi Pullaro en Santa Fe le dio nuevos bríos a un sector del radicalismo. Puntualmente a Lousteau, el referente nacional de Evolución, el espacio al que pertenece el electo gobernador de Santa Fe, que cada vez que puede se encarga de aclarar que él responde políticamente a Lousteau, casi abriéndose de cualquier vínculo político con Larreta, que lo apoyó en la PASO provincial, o con Bullrich, que el domingo pasado se subió a su triunfo para apuntalar la campaña nacional.

Es en ese sector renovador de la UCR donde se ven con mejores chances de sobrevivir a una eventual debacle de Juntos por el Cambio e incluso a un escenario con Javier Milei gobernando. En charlas con su gente, Lousteau se lamenta por haber quedado cerca de meter un póker de resultados que le hubiera asegurado una proyección nacional indiscutible a su espacio.

Pullaro ganó en Santa Fe, pero Rodrigo de Loredo estuvo cerca de ser intendente de Córdoba y Martín Berhongaray gobernador de La Pampa. Ni hablar de él mismo, que perdió la PASO porteña con Jorge Macri por menos de un punto y medio porcentual. Por estas horas, el senador tiene una convicción: Evolución creció en todo el país y va a liderar la UCR a partir de diciembre, desde adentro o afuera de Juntos por el Cambio.

Todas las fichas a Patricia

La victoria de Bullrich sobre Larreta en la PASO obligó a Juntos por el Cambio a cerrar filas detrás de su candidatura, aún cuando muchos dirigentes de la coalición lejos están de convencerse de las chances electorales de la dirigente del PRO.

No llega al balotaje, no existe en el mundo que dos oposiciones compitan por la presidencia”, es un comentario común que surge de aquellos desconfiados de las posibilidades de Bullrich. Aunque además, creen que está jugando mal en la propia lógica previa a la elección de octubre.

Fuentes de la coalición ven a la candidata “gastada”, sin saber cómo reaccionar ante el huracán Milei y manteniendo hasta el final el discurso de “exterminio” del kirchnerismo. También creen que Mauricio Macri la ayuda “poco y nada” y que el efecto revulsivo que se buscó lograr con la llegada de Carlos Melconian ya pasó.

Por otro lado, ven a Jorge Macri como el gran ganador hacia lo que viene tras su salto de la General Paz. Y piensan que el ex intendente de Vicente López, si es confirmado en octubre, va a llevar adelante un gobierno porteño centralista, con escaso espacio para el resto de los actores de la coalición, mucho más del estilo de su primo Mauricio que del conciliador de Larreta. Aunque advierten: “Ganó por muy poco, Jorge. Dice que va a gobernar más fácil la Ciudad que Vicente López. Y se equivoca”.

Fuente Clarín

Bernardo Vázquez

 

 

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