Son casi medio centenar de ellos, que han conquistado territorio equivalente a media provincia de Buenos Aires, pero que no sienten respaldado a la hora de su representación en el ejecutivo de María Eugenia Vidal. En realidad, el cargo no es para la gobernadora electa sino a quienes en la transición tienen la voz de los intendentes de la UCR, que hicieron aporte clave para obtener la gobernación y sumar para la presidencial en CAMBIEMOS.
Si bien no aparecen nombres propios, entienden que el vice gobernador electo Daniel Salvador y sus hombres, no hacen sentir el peso suficiente en la mesa de las negociaciones. A tal punto que representando ese capital electoral, han sido mínimamente tenidos en cuenta y le adjudican a sus propios correligionarios quedar relegados en las designaciones de un gabinete, que se tiene que renovar en su totalidad en una provincia que ha sido gobernada durante 28 años por el Justicialismo.
La categórica vigencia de la UCR, ha quedado representada en más del 40 % de importantes ciudades del interior del territorio bonaerense, con un acompañamiento que en algunos casos superaron los votos sumados del Frente Renovador y el Frente para la Victoria. Las dificultades de la transición que mantiene ocupada a Vidal, no permiten visualizar con precisión el problema que a futuro puede representar la ausencia de quienes han sido genuinos ganadores de la elección.
Intuyen que Salvador y sus interlocutores están en otra sintonía y frecuencia, en relación al momento que se vive en cuanto a la gobernabilidad de la Provincia, y ante esta contingencia han decidido pasar a la acción directa, a partir de una autoconvocatoria que decidirá solicitar formalmente una urgente reunión con Vidal, para acortar los tiempos, desde ya sumamente escasos.
