Políticamente Montenegro viene con el hambre atrasado. No lo toman en el GPS a pesar de su modalidad de comunicación, que justamente es virtual porque no está en los puntos críticos, sólo son imágenes. Es en una pantalla y con maquillaje, sin la vocación de intendente, que además nunca estuvo.
Desembozado, atado a acuerdos en ciernes que no cierran, la conducción política de Mar del Plata está a la deriva. Ya debe volar por abajo del radar, no obstante es una grosería el tratamiento del manejo que se instrumenta. Ya se adelantó que no será de la partida el lunes próximo de los intendentes del PRO que se alinean como opositores de Milei.
Las referencias se amarran a tendencias de opinión pública proclives a las bondades del plan motosierra que suma y sigue, a pesar de algunos malestares que lo está volviendo menos saludable.
Los $Libra, el impulso de Lijo y el escándalo no exento de escenas de violencia de Santiago Caputo que desató la solitaria presencia del diputado Facundo Manes, ayer en la apertura de sesiones. Es el mismo Caputo que rema por Montenegro en lugar de Cúneo Libarona en el gabinete nacional.
El intendente de la MGP el sábado hizo uso de su espacio en la apertura de sesiones, para desplegar un discurso abrumadoramente impreciso, ajeno a la ciudad y sin tener en cuenta su gestión deficitaria, con una inexorable tendencia a pronunciar el contraste con la baja calidad e intensidad de la misma.
Llegó como un oportunista político de la mano de la ex gobernadora Vidal, para sumar territorialidad amarilla. Obtenido ese propósito ya no dispone del terreno propio. Y lo está vendiendo como virtuoso a la ola de LLA, a como dé lugar. Siendo pro Lijo o apareciendo en la primera línea de Milei, como un escudero incondicional.
De hecho, Montenegro ya se abrió del PRO, y la coalición JxC con la UCR y CC es una foto color sepia. Transportar esa realidad política lo obliga al intendente a insertarse contra natura en las filas de Milei. Tiene bolilla negra porque no supera el escáner que le aplican los operadores locales que adoran este proyecto libertario.
Hoy el presupuesto 2025 de la MGP y su reciente aprobación son la cabal evidencia del financiamiento de la próxima campaña política, como ya lo hizo en el 2019 con recursos de la Secretaría de Medios de la Provincia de Buenos Aires, es la casta. Y en el 2021 y 2023 a través de arbitrarios y discrecionales aplicación de montos y partidas que se desvían, para caer en la sub ejecución presupuestaria.
Es su sexto año de mandato y una oposición que no consigue despegarse de sus raíces kirchneristas. Culposa además del andar de Axel Kicillof que merodea General Pueyrredon para fortalecerse en Mar Chiquita, Villa Gessell y General Alvarado. Ahí Axel arrima sus petates.
El gobernador facilita aún más el tránsito de Montenegro, que lo tiene en la mira y activa sobre Kicillof exponencialmente su único capital político: ser anti k.
No es un dato menor que Juntos por el Cambio haya perdido en 23 de los 29 circuitos electorales de General Pueyrredon, en las últimas elecciones municipales. El peronismo ganó en 21 circuitos y LLA en 2, y en este caso deben destacarse que han sido Batán y Sierra de los Padres.
La atención de la salud pública y la inseguridad ciudadana que se vive General Pueyrredon, no registran antecedentes históricos. Hoy se ha desertado de servicios esenciales para la población. Y el sayo les cabe tanto a Montenegro como a Kicillof.
Las deudas se acumulan y agotan el crédito ya menguado del intendente marplatense. La pesca y la actividad naval en franco retroceso no están en la agenda de Montenegro, pese a los miles de puestos de trabajo genuino que representan.
Se conocen los números de la actual temporada alta en cuyos carnavales hoy se transcurre, y que reflejan estar lejos de los anuncios del EMTUR y C, del INPROTUR de Alejandro Carrancio y de Daniel Scioli secretario de Turismo, Ambiente y Deporte de la Nación.
En este aspecto Mar del Plata se está comiendo todas las curvas
En el elenco de la política local observamos la decadencia de la ciudad, en claro retroceso de los servicios que prestan a los contribuyentes, que mantienen un presupuesto multimillonario dibujado y aprobado por la mayoría propia. Está en los hechos en las antípodas de las medidas que impulsa Javier Milei.
Montenegro trata de escapar de Mar del Plata. Son ingentes sus esfuerzos. Su armado es una ronda de negocios, con ese clima y en esas mesas, en la cuales se presume la articulación de lo público y lo privado.
Es todo un verso gigantesco, como en la Plaza Mitre haciendo un mecenazgo con Transportes 9 de Julio, la principal empresa contratista municipal de la ciudad, o en el wifi del Parque San Martín que auspicia Cabrales, o la asociación civil que encabeza el vacunado vip Florencio Aldrey Iglesias para producciones especiales en la ciudad. Se está produciendo el desbroce de la ciudad.
La municipalidad está fallida, sin recursos y si se aplican datos quirúrgicos con un bisturí, surgirán datos donde la aplicación de la motosierra puede trabajar a destajo precisamente. Es lo que la política de Montenegro resiste y exhibe mediante la recaudación de la sobre tasa a la carga de combustible que ya ha cumplido un año y cuyos resultados se desconocen.