
La posterior a la derrota con Rosario Central fue la peor conferencia que le escuché a Marcelo Gallardo en toda su carrera como DT de River. No es así: o hablás siempre, o callás para siempre. No se denuncia de esa forma un presunto complot arbitral.
Muñeco, si tenés pruebas, denunciá con nombre y apellido. Ponelos arriba de la mesa. Pero hablá también cuando el mismo árbitro, Yael Falcón Pérez, te favorezca abiertamente como contra Platense en los cuartos de final del Apertura, cuando los mandaba «a jugar». Ahí no dijiste nada.
Me banco cuando los entrenadores le mienten a los periodistas y a los hinchas, hablan de un partido que no se jugó, o tácticas y estrategias que no se ven, niveles de jugadores que no son… No creo en el 90 por ciento de las conferencias, aunque las soporto. Pero esto no.
La conferencia caliente de Gallardo

¿Llorar así para justificar una derrota, cuando fue 2-1 pero pudieron ser cinco? No me parece. Y no me la quiero agarrar solamente con Gallardo, lo traslado a todos los que se manejan de esta forma. Pero está claro que si sos el DT de River, tenés otras responsabilidades. Dale, Marcelo…




