Charles Leclerc es un gran piloto. Lo demuestra fecha tras fecha en el Mundial de Fórmula 1 con sus jóvenes y vehementes 24 años. Sin embargo, parece no tener los nervios de acero que caracterizan a los más grandes de la historia. Lo muestran los diferentes episodios que lo dejaron con las manos vacías en ocasiones en las que tenía todo para ganar.
Una situación de esas es la que vivió este domingo en el Gran Premio de Francia, por la fecha 12 del Mundial, donde era el líder hasta que perdió el control de su Ferrari y terminó contra los muros de contención del tradicional circuito de Paul Ricard sirviéndole la punta en bandeja al Red Bull de Max Verstappen, quien ya había pasado por boxes en busca de un undercut que le permitiera dar el sorpasso que no podía dar en la pista..
¿Qué pasó? El monegasco se abrió demasiado en la curva 11, perdió control del auto, hizo un trompo y terminó contra las barreras de contención.
El piloto no sufrió lesiones, pero se lo escuchó muy molesto por la radio por lo que sucedió. “¡No puedo pisar el acelerador!”, anticipó antes de irse de la pista mientras se le escuchaba agitadísimo con la respiración al límite y a punto de explotar.
Luego del nuevo contacto desde el paddock, Leclerc, resignado, lanzó un violento “¡Nooo!”, que debe haber retumbado en los auriculares de Mattia Binotto, el jefe de equipo del Cavallino Rampante, que venía teniendo un gran fin de semana más allá de las desventuras de Carlos Sainz con la segunda unidad.
¿Habrá pensado el piloto que lo hicieron estar más tiempo del debido en pista con neumáticos que ya estaban sufriendo el desgaste por el extremo calor que reina en Le Castellet? Habrá que esperar sus palabras tras la carrera.
¿Y la carrera? Con el Auto de Seguridad en pista, mientras retiraban el coche de Leclerc, casi todos los pilotos aprovecharon para entrar a boxes. Verstappen, que al momento del choque del monegasco iba recuperando el ritmo con sus gomas nuevas y no paró, quedó como nuevo líder. Segundo quedó Lewis Hamilton, con su Mercedes, y un poco más atrás, Checo Pérez con el otro Red Bull. Al final, el mexicano quedó cuarto luego de una distracción que le dio el último lugar del podio a George Russell.
Festejaron los dos británicos, pero el que más sonrió en Paul Ricard fue Verstappen, quien sacó 63 puntos de ventaja sobre un Leclerc que paga demasiado caro sus errores.
