El presidente Alberto Fernández se presentó ayer ante la Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) y realizó un discurso que incluyó críticas a la arquitectura financiera internacional y a la especulación con los alimentos, y sostuvo que los poderes económicos “sólo buscan imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria en el mundo”.
El jefe de Estado hizo su cuarta y última aparición ante el órgano máximo de la ONU con palabras que recogieron demandas históricas de la Argentina -como Malvinas y las causas de los atentados a la embajada de Israel y la mutual judía AMIA-, a las que sumó conceptos que motivaron buena parte de sus últimas intervenciones ante diversos foros internacionales, en especial la necesidad de reforma a las entidades de crédito internacional.
“Los problemas del mundo exigen soluciones. Ya diagnosticamos los problemas. No podemos seguir hablando de ellos mientras caminamos en una cornisa”, señaló el Presidente al inicio de la exposición que se inició a las 17:40 (hora de Nueva York) y que se extendió 18 minutos.
Si bien el discurso atravesó multiplicidad de temas, el núcleo central estuvo en las críticas al sistema financiero que, según entiende Fernández, “no demuestra voluntad de adaptarse a un mundo que quiere recobrar equidad perdida”, sino que “sólo busca imponer las mismas políticas ortodoxas que profundizaron la desigualdad y la miseria en el mundo”.
“La arquitectura financiera mundial solo sirve para concentrar el ingreso y para marginar vastas regiones del mundo. Apuestan a la especulación antes que al desarrollo. Propician la mano de obra barata antes que la dignidad del trabajo”, disparó el titular del Ejecutivo nacional quien, tan sólo dos horas antes, había pedido cambiar los estatutos del Fondo Monetario Internacional (FMI) frente a la titular del organismo, Kristalina Georgieva.
Recordó que el FMI sube “sus intereses cada vez que la Reserva Federal americana sube sus tasas para contener la inflación de su país”.
“En ese contexto, resulta vergonzoso que aún hoy apliquen sobrecargos a muchos países a los que ya se les vuelve insoportable cargar la mochila de la deuda externa. Irónicamente, financian a Ucrania en medio de la guerra, y en medio de la guerra le aplican sobrecargos a los intereses que le cobran. ¡Qué disparate!”, alertó.
Esa no fue la única mención al conflicto bélico de Europa: dijo que Rusia “al ocupar territorio ucraniano” generó “además de las terribles consecuencias en términos humanitarios”, “niveles históricos de inflación a escala planetaria, con especial impacto en el precio de los alimentos y la energía”.
Fernández reiteró también lo dicho en las recientes cumbres del G20 en la India y del G77 + China en Cuba, cuando destacó que “la especulación financiera” intoxica el mercado de nutrientes y depara “una mayor renta para unos pocos e inestabilidad y miseria para millones de seres humanos”.
“Debemos eliminar las distorsiones producidas por subsidios y debemos prohibir que los alimentos sean objeto de la especulación financiera. Ambas cosas desalientan las inversiones necesarias para aumentar la producción que ayude a satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos”, agregó.
En materia internacional, condenó el bloqueo estadounidense a Cuba y las sanciones económicas impuestas a Venezuela desde Washington. Dijo que la primera medida es “inadmisible” y que la segunda “solo lastimó las condiciones de vida para sus habitantes y condujo al exilio a millones que emigraron de su patria”.
Asimismo, pidió que la comunidad Internacional active “los mecanismos pertinentes que garanticen el respeto al veredicto popular” en Guatemala.
También dedicó un párrafo especial a alertar los bloqueos de Azerbaiyán en el Corredor de Lachin, “que vienen provocando una crisis humanitaria que castiga nuevamente a parte del pueblo armenio”.
“Precisamente hoy, mientras esta Asamblea se celebra, las noticias dan cuenta que Azerbaiyán desató operaciones militares con el propósito de tomar el control de Nogorno-Karabaj”, agregó.
Fernández también habló sobre diversos puntos de interés directo de Argentina en el plano internacional, como es el de los derechos humanos y la reciente inclusión del Museo Sitio de Memoria ESMA como patrimonio de la humanidad por parte de la Unesco.
“Represento a un país que este año celebra el 40° aniversario de la recuperación de la democracia. Un país que aprendió de su pasado histórico a decir Nunca Más a las violaciones de los derechos humanos y que ha promovido como política de Estado el derecho a la Memoria, la Verdad y la Justicia”, apuntó el Presidente.
En ese sentido lanzó una advertencia: “Preservando activa la memoria que quieren ocultar los negacionistas, evitaremos que ese tiempo de dolor se repita. Frente a esos delitos de lesa humanidad nuestra salida no fue la venganza sino la Justicia”.
Agregó que los derechos humanos “son integrales y no admiten ningún tipo de regresividad” ya que, de otra forma, “ganan los cultores del autoritarismo y proliferan los discurso del odio”.
Fue extensa su intervención respecto de la “Cuestión Malvinas”, cuando reafirmó “los legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas” del Atlántico Sur y los espacios marítimos circundantes.
“Lamentamos que el Reino Unido continúe rehusándose a reanudar las negociaciones. Cuestionamos que siga desarrollando actividades unilaterales de exploración y explotación de recursos naturales en el área en disputa contradiciendo así la resolución 31/49 de esta Asamblea, así como también con su presencia militar en el Atlántico Sur”, apuntó.
Además de reafirmar el compromiso argentino “con la solución pacífica de esta anacrónica situación colonial”, informó que se ha propuesto al Reino Unido “una renovada agenda bilateral sobre el Atlántico Sur que supone un proceso formal de diálogo que incluya, entre otras, la cuestión vinculada a la reanudación de las negociaciones sobre la soberanía”.
“También expresamos nuestra disposición a continuar con las tareas de identificación de los excombatientes, en el marco de las obligaciones que surgen del Derecho Internacional Humanitario y en aras de brindar respuesta y consuelo a las familias. Lamentablemente, el Reino Unido rechazó nuestra propuesta”, añadió.
Respecto de las causas por los atentados terroristas contra la AMIA y la embajada de Israel, dijo que la Argentina sigue “luchando contra la impunidad, investigándolos” y dijo que el país quiere “que los responsables de tan atroces ataques sean identificados, juzgados y condenados”.
“Una vez más, instamos a la República Islámica de Irán a que coopere con las autoridades judiciales argentinas para avanzar en la investigación, del atentado contra la AMIA. También exhortamos a la comunidad internacional a que nos acompañe en nuestra lucha evitando recibir o cobijar a cualquiera de los imputados, aun cuando gocen de inmunidad diplomática. Debemos recordar que sobre ellos pesan solicitudes de captura internacional y alertas rojas de Interpol”, añadió.
En otro orden, reafirmó el compromiso argentino “en materia de igualdad de género y diversidad, como una condición indispensable para el crecimiento y el desarrollo sostenible a nivel nacional e internacional con un enfoque de derechos humanos”.
“El lema de la Agenda 2030 es que nadie quede atrás. Que nadie pierda para siempre el camino de la justicia y el desarrollo. Estamos convencidos de que es un noble objetivo que vale para los individuos y vale para los pueblos. Pero por favor, no lo convirtamos en letra muerta. Después, el arrepentimiento no repara las vidas estropeadas, las vidas sin futuro, y mucho menos las vidas perdidas”, concluyó. (DIB)
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