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Facundo Manes convocó a una multitud e inquieta a sus aliados en Juntos por el Cambio

“El loco se enciende y la gente también. Produce una complicidad con el auditorio que yo jamás vi luego de Alfonsín (Raúl, por supuesto)”, aclara uno de los más veteranos dirigentes radicales que participó ayer en una nueva actividad “no política” de Facundo Manes, en uno de los lugares que más lo quiere y lo apoya: Mar del Plata.

Acompañado por Mateo Niro, el coautor de su nuevo libro, “Ser humanos”, Manes estuvo en el club Once Unidos, de la ciudad balnearia, en el que habló de cómo la humanidad fue mejorando, asociándose y creciendo más allá de las crisis que la sacudieron a lo largo de la historia.

En las emociones, la memoria, y en los anhelos se apoya su discurso, su proyecto y en la utilización de “todas las herramientas que hoy tenemos para manejar las emociones y las experiencias”.

Buscando marcadamente su rol de “no político”, Manes hace más política que cualquier otro y obliga a atravesar la grieta interna a propios y extraños. No fue casual que tanto el presidente del club donde se organizó el acto como el rector de la Universidad local, de origen socialista, estuvieran ahí. Y mucho menos que Guillermo Montenegro, un PRO puro, puro, lo aplaudiera en primera fila y, además, difundiera su presencia en sus redes sociales.

Maxi Abad, el presidente del partido radical en la Provincia de Buenos Aires; Ernesto Sanz, quien de a poco vuelve de lleno a la política; y el ex vicegobernador, Daniel Salvador, escuchaban atónitos lo que ya conocían porque siempre lo repite en privado: “La ausencia de los chicos en las aulas durante la pandemia, lo que se hizo en educación pública, costará décadas en ser recuperado”. Andrés Malamud, que lo asesora también, confirmaba con su cabeza cada palabra del neurocientífico.

“Los chicos son las principales víctimas de la pandemia y de su mal manejo. Los niños, las mujeres, a quienes se les aumentó el trabajo inequitativo doméstico, los médicos, los pobres y los más ancianos. Estos cinco grupos fueron los que más sufrieron y los que más sufrirán en el futuro”, dijo Manes.

Con anécdotas y pasajes de su cotidianeidad, el disertante comentaba cómo conoció a su esposa, episodio que también utiliza como una gran historia para romper el hielo y conocerse con otra persona. Pero siempre su mujer le reclama que lo que él dice no tiene mucho que ver con lo sucedido. Sin embargo, la anécdota sirve para reafirmar el concepto de Manes, que la “vida no es como la vivimos, sino como la recordamos”.

Casi nada de política. Pura emoción y explicación de las angustias, los anhelos y los miedos de una sociedad. Ahí el diputado nacional bajó línea y expuso que el “miedo, en situaciones como estas, se utiliza para la coerción social”.

“Hay que involucrarse y trabajar colectivamente porque la Argentina está en un momento crítico e inmersa en una división que nos agobia, nos embrutece y nos empobrece”, remarcó, mientras jugaba con la “complicidad” de la gente que le pedía que siguiera cuando él preguntaba si paraba o no con su especie de stand up académico y político.

Las dudas que siempre existen sobre su relación con sus aliados de Juntos se van diluyendo. Uno de los más “extremos” del espacio, que no ahorra críticas por lo que considera el “culto al pobrismo” que se observa en varios sectores del gobierno y la oposición, Miguel Ángel Pichetto, presentó el libro el día anterior con sus autores. Y Montenegro también estuvo allí.

“Es un modelo nuevo y mejorado del mismo candidato que hizo campaña. Y creo que nació también acá, en Mar  del Plata, el mes pasado, cuando estuvimos todos en El Torreón, en su charla anterior. Ahí nos dimos cuenta que el discurso que daba prendía como carbón”, comentó uno de los que suele estar a sol y sombra con Manes.

Sin embargo, el recorrido político que tiene por delante el legislador no es lineal ni está exento de varias complicaciones. Fundamentalmente por su partido, que nunca termina de ponerse de acuerdo sobre el rol que debe asumir en la alianza que lo tiene como protagonista junto con el PRO y la Coalición Cívica y, fundamentalmente, por las desconfianzas que todavía le tienen Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta o Elisa Carrió.

“Es algo muy diferente a todo lo conocido. Realmente te lo digo”, sigue entusiasmado Maxi Abad, porque “la fuerza y la llegada de Facundo obligará a todo el espacio a mirarlo de otra manera”, según deslizó en una charla con varios testigos. El tiempo dirá.

Alejandro Cancelare

Alejandro Cancelare 

mdz

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