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Épico título de campeón de la Copa Argentina : Independiente Rivadavia

El fútbol, a veces, se empeña en reescribir sus manuales. Y esta noche en Córdoba, la provincia de Mendoza presenció el nacimiento de una leyenda. Independiente Rivadavia conquistó la Copa Argentina por primera vez en sus 112 años de vida, al vencer en una final dramática a Argentinos Juniors por 5-3 en la tanda de penales, luego de un electrizante 2-2 en el tiempo regular.

La «Lepra» mendocina no solo ganó un título; forjó una hazaña con mayúsculas, una gesta que será contada de generación en generación. Terminó los 90 minutos con solo nueve jugadores en cancha, víctima de la implacable rigurosidad del árbitro, pero se alzó con la gloria gracias a una mezcla indomable de coraje, sacrificio y una puntería perfecta desde los doce pasos.

Un Inicio de Ensueño y la Noche se Oscurece

El pitazo inicial encontró a un Independiente Rivadavia envalentonado, decidido a no ser solo un invitado en la fiesta. El primer grito de gol llegó tempranamente, a los 9 minutos, cuando el goleador Álex Arce aprovechó un centro y, con un testazo certero, puso el 1-0 que desató el delirio azul.

Sin embargo, el destino comenzó a tejer su lado más cruel. A los 40 minutos, la expulsión de Maximiliano Amarfil por doble amarilla sembró la preocupación en el banco de Alfredo Berti. El equipo mendocino se quedaba con diez, y el panorama se complicaba ante un rival de la talla de Argentinos Juniors.

A pesar de la inferioridad numérica, la «Lepra» sacó a relucir su estirpe. En un contragolpe de antología, a los 62 minutos, Matías Fernández enganchó en el área y definió con frialdad para estirar la ventaja a un increíble 2-0. Parecía que la copa viajaba a Cuyo.

El Drama de la Remontada y la Expulsión Fatal

La alegría duró un suspiro. Argentinos reaccionó casi de inmediato. A los 64′, Alan Lescano descontó, y el partido se convirtió en un asedio constante. El Bicho, con un hombre más, se volcó al ataque, buscando el empate con insistencia.

Pero lo peor estaba por venir para la hazaña mendocina. Ya en tiempo de descuento, a los 91 minutos, Alejo Osella vio la segunda amarilla, dejando a Independiente Rivadavia con solo nueve guerreros en el campo de juego. Una situación límite, que se agudizó con el gol agónico de Erik Godoy a los 97′, que selló el 2-2 y forzó la dramática definición desde el punto penal.

? El Héroe Final: ¡A Penales, a la Gloria!

Con el corazón a mil, el equipo de Berti se reagrupó. La tanda de penales no es una lotería; es la prueba final de carácter. Y allí, la «Lepra» fue perfecta:

• Luciano Gómez, con solvencia.

• Iván Villalba, con la tranquilidad de un veterano.

• Kevin Retamar, potente e inatajable.

• Sheyko Studer, al rincón.

• Y la estocada final, el tiro que valió la historia, en los pies de su figura, Sebastián Villa, quien no dudó y la mandó a guardar.

La atajada de Gonzalo Marinelli (quien había ingresado por el lesionado Ezequiel Centurión) ante Tomás Molina fue el punto de inflexión que inclinó la balanza. El 5-3 final desató el festejo incontenible.

Mendoza tiene un nuevo campeón nacional. Un campeón que demostró que el fútbol no se trata solo de números en las camisetas, sino de la convicción, la garra y la fe inquebrantable de un equipo que, ante la adversidad de las expulsiones, se hizo más grande que nunca. ¡Salud, Independiente Rivadavia, el primer campeón de Copa Argentina de tu historia!

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