Salud

El ministerio de Salud incorporó a 142 personas trans

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El ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires incorporó a su planta laboral a 142 personas trans desde 2019, en el marco de la implementación de la Ley Diana Sacayán, que obliga al Estado bonaerense a ocupar en una proporción no inferior al 1% de su personal a personas travestis, transexuales y transgénero, siempre que reúnan las condiciones de idoneidad para el cargo.

“Como toda ley de cupo constituye una acción de reparación que viene de la mano de reconocer la desigualdad histórica en la que han vivido las personas trans, a quienes siempre se las ha criminalizado y expulsado incluso de sus propias familias; del sistema educativo; sanitario y del mundo del trabajo”, destacó Carla Giuliano, coordinadora del Programa de Diversidad del ministerio.

A la vez, recordó que la ley Diana Sacayán “fue sancionada en 2015 pero durante cuatro años no fue reglamentada, y al llegar a la gestión nos encontramos con la ley recientemente reglamentada pero no implementada”.

La experiencia de Valerio y Zohe

La enfermera Zohe Mareco (37) y el camillero Valerio Muñoz (45) son dos de las personas trans que consiguieron un puesto de trabajo en hospitales boanerenses. “Siempre me gustó todo lo vinculado con la salud, pero como no había ley de identidad de género cada vez que me iba a inscribir a la facultad aparecían obstáculos”, cuenta Zohe, y asegura que pese a dejar decenas de curriculum nunca conseguía trabajo: “La respuesta siempre era que me iban a llamar y la realidad era que nunca lo hacían”. Ni bien se sancionó la ley hizo el cambio de DNI “y ahí las cosas empezaron a cambiar”.

Estudió enfermería en la facultad de Medicina de la UNLP y se recibió hace un año y medio “por videollamada, en la cocina de mi casa, porque estábamos en plena cuarentena”, recuerda Zohe. De inmediato, comenzó a buscar trabajo y pronto la convocaron desde el hospital provincial Rodolfo Rossi de La Plata y también desde una clínica privada de la capital provincial.

“Me encanta lo que hago, en ambos lugares estoy en la guardia, es decir que muchas veces soy la primera persona que ve un paciente cuando llega al hospital por una emergencia”, cuenta orgullosa y asegura que “realmente me siento muy cómoda trabajando en el hospital, soy parte de un equipo interdisciplinario y tener este tipo de trabajo era algo impensado en otras épocas”.

Valerio, camillero hospital Piñeyro.

Valerio, camillero hospital Piñeyro.

Valerio Muñoz (45) se incorporó como camillero al hospital provincial Abraham Piñeyro de Junín hace ocho meses. Había vacantes en mantenimiento y como camillero. Pese a tener varias experiencias laborales en herrería y carpintería, optó por aprender a ser camillero: “¿Sabés por qué? Porque a mí me gusta estar con la gente, hablar con los pacientes, tratar de ayudarlos y, a la vez, me encanta estar siempre en movimiento.

Sobre la puesta en marcha de la ley, coincide con Zohe Mareco en que “trabajar en los hospitales significa una oportunidad genial para nosotras, las personas trans que, en otro momento, cuando yo era más joven, no hubiera pasado”.

Por otra parte, Zohe agrega que “la incorporación del personal trans en el ámbito de la Salud y de la administración pública genera una cercanía y una comodidad para la población trans que antes no teníamos”. De hecho, recuerda cuán expulsivo solía ser el sistema de salud para el colectivo transgénero, “al punto de que muchos profesionales ni siquiera nos llamaban por nuestro nombre en las salas de espera”.

En el hospital, Mareco también forma parte de los Consultorios de Diversidad que el ministerio de Salud de la Provincia abrió en octubre del año pasado: “Somos un equipo interdisciplinario con profesionales de clínica médica, endocrinología, cirugía plástica, servicio social, psicología, psiquiatría, infectología y enfermería, entre otros profesionales, que trabajamos de forma integral la atención de pacientes trans”.

Desde la cartera que conduce el ministro Nicolás Kreplak se realizan, además, cursos para personal de salud tendientes a mejorar la atención integral de pacientes transgénero. “Creo que todas (las personas trans) pasamos alguna vez malos momentos en un hospital o en una guardia y eso nos ahuyentaba del sistema en perjuicio de nuestra propia salud; pero la lucha de las organizaciones y la voluntad política de inclusión hace que todo eso hoy esté cambiando”, concluye Mareco.

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