Política

El fin de año de Kicillof: austeridad obligada mientras el peronismo vuelve a implosionar

Axel Kicillof cierra el año más agitado de su vida política en medio de una aguda estrechez financiera, que enfrentará reduciendo al mínimo las prestaciones del gobierno hasta comienzos de 2026, cuando espera que, en silencio, Javier Milei le habilite un tramo del endeudamiento que le permitiría oxigenar la gestión. Mientras, la unidad peronista que frágilmente se sostuvo para las elecciones, termina de hacerse añicos. Curiosamente, La Libertad Avanza también es escenario de estallidos, pese al batacazo de octubre.

Estamos haciendo milagros para cumplir con todo, juntando peso por peso para cerrar el año ”: la descarnada descripción pertenece a un alto funcionario del gabinete, con despacho muy cercano al de Kicillof. Da cuenta del estado del Tesoro de la provincia a mediados de diciembre, tras un 2025 marcado desde el punto de vista fiscal por una estrategia inédita: pagar una parte sustancial de los vencimientos de deuda con recursos corrientes, debido a que opositores externos e internos le rechazaron la autorización para tomar deuda con la cual refinanciarlos.

Ahora, Kicillof consiguió que la Legislatura le aprueba la ley de financiamiento, pero todavía el gobierno nacional no dio la autorización final. Por eso, en lo inmediato aplicará una especia de plan de contingencia: austeridad total por lo menos hasta febrero. ¿Qué significa? Solo autorizará gastos nuevos para salud, seguridad y ayuda social, pero retrasará o anulará otros. En esta categoría se cuentan dos con alto impacto político: los aumentos salariales para los empleados públicos y la ayuda financiera a los intendentes.

Como se contó aquí la semana pasada, Kicillof tiene asegurado el pago en tiempo y forma del medio aguinaldo, pero en este contexto es prácticamente imposible que otorgue un nuevo aumento antes de fin de año. Políticamente, es delicado: el Gobernador tiene buena sintonía con las cúpulas sindicales, pero las bases presionan y todo el esquema se tensa. Febrero, por el inicio de clases en marzo, parece ser la fecha tope para evitar conflictos mayores. Muchos intendentes, por otra parte, también tienen problemas para pagar el aguinaldo.

Contra lo que puede sugerir el tenor de los cruces que protagonizaron Kicillof, Luis Caputo y Manuel Adorni por este tema, es probable que el OK para el tramo del endeudamiento que garantiza los pagos de deuda 2026 salga más temprano que tarde. “Eso está encaminado”, dicen, crípticos, en las dos administraciones. Con eso, el año que viene la gestión “en lo esencial está a salvo”, estiman en La Plata. Hablan de obras y salarios públicos, además de salud, seguridad y ayuda social. Pero tampoco descorchan: estarán un poco más holgados, pero apenas eso.

Implosión peronista

Aunque aún no se haga efectivo, Kicillof logró un triunfo estratégico con el OK al endeudamiento porque redujo la dependencia del kirchnerismo y el massismo. Pero no bien votado ese proyecto, la precaria unidad que se había anudado en torno de las elecciones, comienza a derretirse. Dos son los casos testigo del reinicio de las hostilidades: la pelea por la estratégica vicepresidencia primera del Senado, y la que se libra en torno a la presidencia del partido justicialista. Un dato, tal vez significativo: son batallas que antes el Gobernador había esquivado.

El sillón de comando en la cámara Alta que está en disputa puede convertirse en una llave para el control de la agenda parlamentaria, en caso de que cualquier eventualidad, aunque fuese temporalmente, alejase a Verónica Magario del suyo. Es una particularidad que hay que sopesar a la luz de las zancadillas de todo este año entre kicillofistas y cristinistas en ese cuerpo. “ Magario no se podría ni enfermar poque quedaríamos expuestos ”, sintetiza un legislador del MDF. No es lo único que está en juego: la vice primera también da acceso a cajas importantes.

El cargo pertenece hoy a Luis Vivona, un senador que responde a Leonardo Nardini, el intendente de Malvinas Argentinas, alineado con Cristina Kirchner. Ese sector aduce que el sillón debe quedar para ellos para respetar el status quo del reparto de poder legislativo. Y proponen a Mario Ishii o Sergio Berni para el reemplazo. El MDF lo rechaza: dicen que Vivona se sentó allí por impulso de Magario -no de CFK- en acuerdo con venia de Kicillof. Status quo para ellos es que la vice vuelva a decidir. Respaldan a la excamporista Bahiense Ayelén Durán, alineada con Andrés Larroque.

El PJ provincial es el otro escenario donde el kicillofismo plantea pujas que antes no había asumido. A fin de mes termina el mandato de Máximo Kirchner y ya se discute lo que viene. Kicillof, que no se involucrará personalmente en el debate, planteará vía sus delegados la tesis de la “ democratización ” interna: un enfoque que desde el vamos contiene una crítica implícita al líder camporista. En la práctica implica que, haya interna -una instancia a la que considera “sana” – o lista de unidad, pretende tener poder de veto en la negociación.

Las disputas están interconectadas. Magario analiza más en firme postularse para presidir el partido desde que el cristinismo le diputa la vice del Senado. Si lo hace tendrá el respaldo de Kicillof, aunque hay intendentes del MDF que fruncen el ceño: demasiados lugares para La Matanza, que ya “cobró” en el directorio del Banco Provincia y controla el Congreso del Partido con Fernando Espinoza. ¿Se cuece allí una posible candidatura alternativa? El kirchnerismo agita al alcalde de Pilar, Federico Achával como un hombre de “síntesis”. Pero gobernación lo rechazan: no por él, sino porque lo ven como una imposición de Máximo. Otra vez, el historial de la pelea sin fin: “nos quieren hacer como con Taiana, a quien lo impusieron ellos, pero lo vendieron como nuestro”, dice en La Plata.

Estallidos libertarios

Después del triunfo del 26-O, en La Libertad Avanza hubo fumata blanca entre Sebastián Pareja y Agustín Romo, lo que implica una tregua entre Karina Milei y Luis Caputo. Pero la paz no termina de asentarse en los territorios. Las ruidosas salidas de Leila Gianni y Elizabeth Villalba de los bloques de concejales de La Matanza y el Partido de la Costa volvieron a encender las críticas contra Pareja. Lo cuestionan por su criterio de selección de candidatos: ya había habido fugas de quienes integraron listas en 2023.

La relación con PRO también está en terapia intensiva. Después de los reproches libertarios porque ordenó a sus diputados acompañar el endeudamiento provincial, Cristian Ritondo rompió el acuerdo local en Bahía Blanca al ayudar al peronismo a desplazar al libertario Mauro Reyes de la presidencia de Cuerpo. La tensión venía de antes, pero en este contexto el episodio adquiere un significado suplementario: Ritondo no perdona el vaciamiento del bloque PRO en Diputados de la Nación y su venganza podría incluir nuevos capítulos en Provincia.

Andrés Lavaselli

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