Tandil ha sido única ciudad intermedia en presidir Mercociudades, organismo internacional reconocido mundialmente, donde los mismos municipios entre sí van delegando, según aptitudes, la posibilidad de representarlo. También hemos presidido allí las unidades temáticas de turismo y de seguridad, entre otras.
Han visitado nuestra ciudad embajadores, agregados comerciales y representantes comerciales de Japón, Dinamarca, Kuwait, Egipto, India, Estados Unidos, China, Brasil, Uruguay, Chile, España, por decir algunos.
Estamos ante la realidad inminente de contar con una inversión superior a los 150 millones de dólares en un parque eólico con 24 aerogeneradores de 120 metros de altura, que dará trabajo a más de 250 personas para su construcción.
Crece la radicación de empresas en el Parque Industrial al punto de ir pensando ya en la creación de un Parque nuevo para localizar inversiones que se acercan.
Contamos con la Unicen como faro académico de la región y con esa institución interactuamos en cada paso y es un constante ámbito de consulta.
Tenemos el más importante polo informático – tecnológico – innovador del país. Globant, la empresa de ingeniería de software y tecnología de la información, identificada como uno de los cuatro unicornios argentinos nos elige para construir su sede argentina.
En los últimos días la Cancillería Argentina invita a Tandil para formar parte de una red de ciudades capitales con producción artesanal de cuchillos, única ciudad del país. De América Latina solo participarán nuestro partido y Sao Pablo, Brasil.
Los representantes su gobierno; el gobernador, los ministros, secretarios y directores de industrias, comercio y agro de los estamentos nacionales y provinciales destacan la capacidad de Tandil de generar crecimiento económico, es una constante en cada discurso de cada uno de los funcionarios que llegan a visitarnos.
Tandil es un ejemplo de diversidad productiva y de cooperación público – privada como modelo de desarrollo, es la ciudad de mayor crecimiento y menor desocupación. Pero Carri no lo ve. O no quiere verlo.
Por Marideé Condino