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Dólar blue: las cuatro razones por las que sigue subiendo y alcanzó un récord este año

 

El dólar blue arrancó con fuerza esta semana y ayer aceleró: avanzó $4 y tocó $195, un récord este año. A su vez, empató su valor máximo histórico, que ocurrió hace casi un año, el 23 de octubre de 2020. El billete paralelo comenzó por estos días una senda alcista en medio de la incertidumbre política y económica propia de estar muy cerca de las elecciones.

El dólar blue hoy es la caja de resonancia más pura de lo que pasa en la economía, porque es el único tipo de cambio realmente libre. Como es un mercado ilegal, allí no rigen cepos, regulaciones ni intervenciones del Banco Central, sino solamente la ley de oferta y demanda. Si hay más compradores que vendedores, el valor aumenta.

TN dialogó con seis economistas para entender las cuatro razones por las que el dólar blue pegó un salto esta semana y mostró una senda alcista en los últimos días.

1- El dólar blue estaba rezagado

Un salto de $3 no es habitual en los demás tipos de cambio, por lo que un avance de esta magnitud encendió las alarmas en la City porteña. Sin embargo, y a pesar de haber tocado un pico este año, el billete paralelo solamente subió un 16,5% en lo que va de 2021, contra al menos un 37% de inflación.

En cambio, el dólar “ahorro” -que sube a cuentagotas y por decisión del Banco Central- creció 17,4% y el contado con liquidación y el MEP, los tipos de cambio financieros, avanzaron casi 28%.

El billete paralelo, en definitiva, todavía tiene espacio para “ponerse a tiro” con la inflación e incluso con los demás tipos de cambio.

2- La “maquinita” está en marcha

La inflación de septiembre se recibió con caras largas: mientras que el mercado diagnosticaba un número por debajo del 3%, el número final fue del 3,5%. En las primeras semanas de octubre, lo admitió el Gobierno, tampoco hay datos alentadores.

Ante la expectativa de que haya más inflación, los ahorristas buscan cobertura, explica la economista María Castiglioni, de C&T Asesores Económicos. Como no hay rendimientos atractivos en pesos y hay pocos vehículos no tan sofisticados que estén a mano, el dólar es el refugio por excelencia.

Muchas de las cuestiones que han tranquilizado las expectativas cambiarias, como el potencial acuerdo con el Fondo o que el Gobierno iría hacia un déficit más bajo y, por ende, hacia una menor necesidad de emisión, ya no están más. Hoy los anuncios son de más gasto público y son caldo de cultivo para alentar a una situación inestable”, explica Castiglioni.

En ese sentido, se percibe una falta de rumbo más estructural y una falta de soluciones para atacar el problema de fondo. “Se va a seguir acudiendo al dólar como valor de reserva siempre y cuando todas las señales y medidas que tome el Gobierno sumen incertidumbre y compliquen la macro de corto y mediano plazo, y hagan más difícil o complicado un acuerdo rápido y que funcione con el FMI”, añade Matías Surt, economista de Invecq, y suma: “Desde las elecciones, todo lo que se hizo fue más expansionismo fiscal y monetario, y esta semana se sumó la radicalización hacia las empresas con el congelamiento de precios”.

3- Solo queda el cepo

Por estos momentos hay una presión cambiaria “estructural”, explica Federico Furiase, economista de Ank. Se ve en otros tipos de cambio, como el contado con liquidación no intervenido (el dólar “Senebi”), se ve en el supercepo a las importaciones y en el mercado de futuros, señala.

“El nivel de reservas del Banco Central es muy bajo y hay mucha incertidumbre. Todo eso desemboca en un mercado que se dolariza por donde puede”, apunta.

Para los economistas, esto también es el resultado de una medida reciente. A inicios de este mes, dice Fernando Marull, socio de la consultora FMyA, se endureció el cepo en el contado con liquidación y el MEP, y eso le sumó presión al paralelo.

“La nueva ronda de regulaciones hizo que muchas de las cotizaciones libres ya estén operando bien por arriba de los $190. El dólar Senebi llegó a operar en $200. El informal está arbitrando todas estas distorsiones, a las que se suman las mayores presiones dolarizadoras en la previa de las elecciones”, suma Lorena Giorgio, economista jefe de Equilibra.

4- Incertidumbre electoral y la expectativa de que puede subir el dólar oficial

Todas las razones están conectadas por un paraguas político: la cercanía a las elecciones legislativas de noviembre. El ruido en este sentido nunca ayuda a la economía, que finalmente es un juego de expectativas y siempre está mirando lo que va a pasar.

Los comicios elevan las expectativas de que pueda subir el tipo de cambio oficial en el corto plazo, explica Joaquín Waldman, jefe de investigación de Ecolatina, aunque sea un ajuste discreto. Estas expectativas tienen sus razones, dice: “Por un lado, porque el comportamiento de pisar el tipo de cambio en año electoral y que salte post-elecciones ya es conocido; por otra parte, porque van muchos meses en los que crece por debajo de la inflación y por último, por las regulaciones crecientes, que dan la pauta de que se ‘va complicando’”, describe.

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