La política de subsidios implementada por el gobierno nacional, que privilegia a CABA y AMBA en clara postergación de los usuarios y empresas del interior del país, comienza a tener su efectos en el servicio de transporte público de pasajeros, que deben prestar junto a taxistas y remiseros, que no pueden escapar al enorme brete que significa sostener las unidades con un mantenimiento adecuado y deben postergar la renovación de unidades, que impacta en la calidad del servicio.
Según indican desde el sector de taxistas, las tarifas recientemente actualizadas no responden precisamente a márgenes que respeten las actualizaciones en dólares que demandan repuestos, neumáticos y pólizas de seguros, por una razón de alcance los mismos factores aplican a las unidades que componen las flotas de colectivos.
Ya han comenzado a sentirse las consecuencias de roturas y falta de repuestos para las reparaciones, como así también la falta de combustible en los surtidores debido a que el valor del litro de los mismos, supera el precio máximo fijado por las medidas oficiales.
Todo el interior del país en especial Córdoba, Santa Fe, Rosario y Tucumán han comenzado a sufrir como en Mar del Plata, el rigor de un ajuste que finalmente terminarán de pagar los usuarios o los contribuyentes indefectiblemente, por el ritmo de una inflación que avanza de la mano del crecimiento de la pobreza.
.