La Justicia condenó a Romina Picolotti a tres años de prisión en suspenso por defraudación en contra de la administración pública. A su vez se le ordenó que devuelva al Estado casi $7 millones por haber usado fondos públicos en una serie de gastos personales y familiares.
Antes de llegar a un veredicto, se investigaron sesenta cajas con tickets de compras que van desde artículos de bajo precio hasta regalos caros.
En cuanto a los ítems más insólitos que Romina Picolotti compró con dinero del Estado, encontraron productos de farmacia y quiosco. Algunos de ellos fueron medicamentos analgésicos, apósitos, pilas, sopas instantáneas y golosinas. A su vez adquirió velas y sahumerios, una chalina, ramos de flores, un reloj despertador, y hasta un whisky.
Por otro lado, la Justicia vio que pagó en una perfumería varios productos de la marca de Karina Rabolini, la exesposa de Daniel Scioli con quien estuvo en pareja durante su gobierno en la provincia de Buenos Aires. En este caso, notaron que en el ticket estaba escrito a mano: “Regalo Flor y Sofi cumpleaños”.
Mientras tanto, también se halló que Romina Picolotti tuvo gastos de alto valor que los pagó con los mismos fondos públicos a los que accedió durante su gestión como secretaria de Ambiente Humano y Desarrollo Sustentable. Muchos de ellos eran pasajes de avión y vuelos charters, noches de hotel para su familia y almuerzos en un restaurante exclusivo de Sushi.
Acorde a lo que alegó el fiscal Diego Luciani, la exfuncionaria usó 3,9 millones de pesos (a valor actual) en vuelos comerciales, mientras que en privados desembolsó unos 2,1 millones.
A su vez llegó a pagar cargas de combustible, compras en estaciones de servicio, almuerzos y cenas personales, y lavado de auto.
Con estas pruebas, el Tribunal Oral Federal 6 la condenó a prisión pero, asimismo, la inhabilitó de por vida para ejercer cargos públicos.
