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Daniel Scioli, el organismo más resistente de la política argentina

En su obra maestra “Alien”, el director Ridley Scott describe a la criatura extraterrestre como “el organismo perfecto”, capaz de sobrevivir a todo y adaptarse a cualquier situación, invencible y resiliente. Es lo que en psicología se ha dado en llamar antifragilidad: la capacidad de no solo resistir la adversidad, sino de fortalecerse y prosperar ante el caos, el estrés y la incertidumbre. Daniel Scioli probablemente no vea películas de ciencia ficción ni esté familiarizado con los términos de diván, pero representa eso: es un sobreviviente.

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Veamos lo último a lo que se enfrentó. Después de entrar al gobierno de Javier Milei por la ventana, gracias a su vieja relación con Guillermo Francos, fue el único funcionario de ese sector que sigue en su cargo tras la salida del jefe de Gabinete. El otro franquista, el ministro del Interior, Lisandro Catalán, siguió a su padrino en el camino al llano, al igual que varios colaboradores de segunda y tercera línea. Scioli, en cambio, se mantuvo incólume al frente de la secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes. ¿Cómo lo hizo? Fácil: pidió seguir, y por ahora lo logró. A Francos, su referente, le deseó buena suerte.

Recordemos los anteriores pasos del ex motonauta. Antes de entrar al Gabinete, los libertarios recién desembarcados en el poder le habían permitido continuar como embajador en Brasil, el puesto que venía ocupando desde los tiempos finales del gobierno de Alberto Fernández. Y antes de eso, había tenido una breve aparición como ministro de Desarrollo Productivo también durante el albertismo, una experiencia que quedó trunca debido a su interna con Sergio Massa. Y aun antes de eso, venía de perder las elecciones presidenciales de 2015 contra Mauricio Macri y de protagonizar un affaire amoroso “con una rubia en el avión” que le costó su matrimonio. Y antes, incluso, se había reconvertido de menemista a kirchnerista (cuando el mileísmo aun estaba lejos de nacer). Y antes, en el origen de su historia política, superó un tremendo accidente con su lancha, perdió el brazo y acá está hoy, siempre superándose. El video del accidente incluso lo pasaba en los seminarios internacionales y las charlas con empresarios extranjeros a los que iba como vice de Kirchner, un detalle que causaba impacto e indigestión entre los asistentes.

Sí, Ridley Scott seguramente definiría a Scioli como el organismo perfecto. El más resistente, por lejos, de nuestra apocalíptica política local.

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