DEMOLIENDO TABÚES
Por Virginia Ceratto
(especial para Mdphoy)
Podemos decir que el método Muscari ha sido y es hacer pie en lo que venía siendo velado y ponerlo en palabras (y acción, claro, es teatro, no literatura).
Desde “Mujeres de carne podrida”, salvo, tal vez, la sensacional “8 mujeres”, el director, actor, conductor, panelista, performer… se ha jugado por temas de los que no se hablaba demasiado, salvo en grupos cerrados, para entendidos, del ultra under (como en su descomunal “Lucha en el barro/sexo entre chicas”, que fue increíble, al filo, rozando la perfección, entre la ternura y la crueldad, una maravilla, aquella sí fue superadora) o en terapia. En síntesis, José Muscari ofrece un catálogo de lo que, generalmente, incomoda. Como lo hizo recientemente, con “Perdidamente”.
En “Sex, aclaro”, y aclaro LA OBRA porque es un spin-off, así la define el propio director, de la homónima, que tiene otro formato.
Aquí se apela a lo tradicional y los actores, más que personajes, ponen en escena las supuestas fantasías y recuerdos del público.
Develan, quitan velos. Aletheia, la verdad, quitar velos, en griego. Algo así como un coro de la tragedia clásica. Usted piensa, o no se atreve a pensar: ellos lo dicen.
Coro griego que se hace eco de una lucha que en todo caso, estará en la cabeza de quienes acudan al teatro.
Desde ya que se apela a los juegos de acción, eróticos, en pareja, en trieja, en solitario, con todo el despliegue actoral puesto al servicio de las distintas alternativas sexuales: fidelidad, infidelidad, fantasías, masturbación, consoladores, dedos, roles…
Pero la apuesta será recompensada si el espectador toma el guante y se dispone a entrar en el pacto de verosimilitud.
También se puede elegir ser un voyeur.
El que paga, elige. Y a propósito, sabemos que es más incómodo hablar de dinero que de sexo. La relación con el dinero se ha vuelto procaz. Pero es harina de otro costal. ¿O no?
Excelente el despliegue de vestuario y un hallazgo elige “Oh Superman” (también O Superman) de Laurie Anderson, travistiendo el rítmico latido del corazón en gemido.
No es para todo público, pero hemos escuchado frases más atrevidas, o directamente brutales en las letras de cumbia. Eso seguro. Y quienes hemos leído mitos sabemos que los griegos lo inventaron todo.
No está mal recordarlo.
Ficha técnica
Dramaturgia y dirección: José María Muscari. Con Diego Ramos, Gloria Carrá, Julieta Ortega y Nicolás Riera. Producción: Paola Luttini y Pablo Pérez Iglesias.