La idea pretende que estos emprendimientos sean solamente instalados en zonas rurales a más de mil metros de hospitales, institutos educativos, cursos o espejos de agua y rutas nacionales o provinciales. Además, no se podrá tener más de un animal cada cien metros cuadrados y doscientos por cada ciclo de engorde o predio, que no debería ser menor a cinco hectáreas.
Mientras que los corrales y las plantas de acopio de alimentos o procesamiento tendrán que situarse a no menos de quinientos metros del alambrado perimetral que linda con los vecinos. Asimismo, es necesario que cada establecimiento cuente con instalaciones adecuadas para el manejo sanitario de los bovinos, como manga, cepo y corrales de recepción, entre otros.
El proyecto también instituye a los inspectores municipales a clausurar preventivamente el feed lot, aún cuando cuente con la respectiva habilitación, si se comprueban deficiencias en su funcionamiento que puedan poner en riego la salud y la seguridad de la población.
“Creemos que es imprescindible regular esta actividad, a los efectos de preservar los recursos naturales, como así también las relaciones de vecindad con las personas que viven cerca de dichos emprendimientos”, señaló el concejal Bonifatti.
Por Gerardo Fernández.
