El ex presidente de la Nación Eduardo Duhalde reunió a través de contactos locales a militantes y dirigentes del PRO y la UCR, para formular el lanzamiento de su nueva versión del Movimiento Productivo Argentino.
Llamó poderosamente la atención, que la asistencia al acto contara con la presencia del intendente Guillermo Montenegro, el presidente de la UCR de la Provincia de Buenos Aires, Maximiliano Abad y el ex intendente Gustavo Pulti, una sintética expresión fotográfica de lo que representa la denominada casta política.
No resulta fácil ubicar el contexto de la convocatoria y de quienes aceptaron la invitación, debido a que es difícil escindir a Duhalde de la llegada del matrimonio Kirchner al poder en 2003 / 2015 y hoy con CFK como virtual presidenta de la Nación, siempre refiriéndonos a términos políticos.
No resulta innecesario recordar a Carlos Reutemann cuando expresó “había algo que no me gustó”, cuando el gobernador santafecino desistió de un ofrecimiento de Duhalde, éste entonces formalizó el apoyo a Néstor Kirchner con todo el aparato del PJ bonaerense, luego de la caída de Fernando De La Rúa acelerada tras la renuncia de Chacho Álvarez, que desembocó en la crisis del 2001, hoy transitamos una situación similar, un proceso que muy posiblemente por estos días retenga en su memoria con el papel que le tocó cumplir.
Duhalde y sus contertulios del viernes no descartan un nuevo “que se vayan todos” y desde la corporación política contribuyen con su aporte previendo hacer un control de daños con su presencia.
Las últimas apariciones de Duhalde resultaron confusas y erráticas, y hasta admitió equivocaciones, yerros y hasta algún exabrupto en sus expresiones públicas referidas a la política nacional.
Sin embargo, sus operadores no desmayaron en su indisimulada aspiración de colgarse al tren de Sergio Massa o al que les quede cómodo, una especialidad ya detectada de quiénes prácticamente han institucionalizado la casta política. Suman 20 años en la función pública le agregan nepotismo y además se reservan el derecho de admisión.
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