Generoso, con mucha dedicación para compartir desde su docencia, generando vínculos transmisores que partían desde su conocimiento, supo ganarse el afecto de quienes pudieron disfrutar de sus datos y análisis. Una fuente ineludible desde su vocación cuya importancia hay que dimensionarla desde varias décadas atrás. No había archivos digitales ni buscadores de sofisticada tecnología.
Quienes tenían el número telefónico de Cacho Ayala estaban salvados. Siempre respondió y dispuso de toda la información que tenía a su alcance, en muchas ocasiones fruto de trabajos de campo que eran procesados con planillas a lápiz y papel.
Siempre con modestia y simpatía volcaba su experiencia, comunicaba con arte y supimos contar con su presencia en históricos procesos electorales desde 1983 en la redacción del diario El Atlántico, que era dirigido por Oscar Coqui Gastiarena. Eran días para aprender no para trabajar, ese era el clima. Siempre estuvo, nunca falló y se reconoce. Hombre de consulta permanente de mdphoy.com
“En todo momento, “Cacho” fue fiel a un estilo: el de sostener la “verdad” de los números que surgían de sus encuestas, y éstas de los métodos científicos. Forjó con él una larga y rica trayectoria que fue aceptando y adaptando las nuevas tecnologías, pero sin desdeñar nunca –ni aún hoy, tiempo de sondeos teléfonicos automatizados y análisis digital de las redes sociales– el contacto personal entre encuestadores bien formados y consultados”, describió con acierto el periodista Oscar Lardizábal en el diario La Capital, en oportunidad de ser declarado como Vecino Destacado en el HCD.
Sus trabajos reúnen 40 años de experiencia en investigación. Fue el fundador el Departamento de Estudios Económicos y Sociales de UCIP en 1978, realizó estudios centrales para la ciudad de Mar del Plata, como los vinculados con la descentralización de la ciudad.
Cuando ocupó el cargo de secretario de Desarrollo Social y Salud en 1991, hizo el primer y único censo de asentamientos en Mar del Plata. Creó el Centro de Estudios Económicos y Sociales de SMATA.
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