
Poco antes de las 20.00 las nubes negras que cubrieron el cielo era la evidencia de que las mismas estaban cargadas de piedras, que cayeron en un breve lapso pero con intensidad y algunas zonas se convirtieron en un manto blanco. Además su caída producía ruido a modo de estruendo sobre los techos de chapas de chapa de las viviendas de la zona. En Rumencó y otros barrios privados resultaron muy afectadas, y obviamente, de otras construcciones más humildes.
El tamaño de las mismas en algunos casos superó los 5 centímetros de diámetro y así estaba previsto en las páginas del clima, que anunciaron el fenómeno que continuó con una fuerte descarga eléctrica con una lluvia torrencial. El pico del meteoro se extendió por espacio de media hora aproximadamente. El daño sobre los cultivos de quintas puede haber sido de consideración, como en los autos que no contaban con el reparo adecuado. Se supo de viviendas que sufrieron rotura del techo, inúndánde las mismas. La evaluación no es total sino parcial aunque si fue de notoria consideración los impactos causados.








