Sentenció el intendente Carlos Arroyo, luego de recorrer este miércoles centros de evacuados y zonas afectadas por el temporal de viento y lluvia que repercutió en algunos sectores de la ciudad y dejó una suma cercana a 250 evacuados. Consultado sobre los destrozos que provocó el ciclón, aclaró: “la policía no tiene todo lo que debería tener, la Municipalidad ni hablar, y lo que recibí en el EMVIAL como en el ENOSUR fue desastroso”.
“Ayer hablé con la Ministro de Seguridad de Nación y le pedí camiones, los Bomberos necesitan mejores elementos como escaleras de mayor alcance. Hace años vengo diciendo que Mar del Plata está en una situación de indefensión. Esto fue una catástrofe de lluvia y viento pero puede ser una de incendio o de inundación”, indicó el jefe comunal.
“La Policía, no tiene todo lo que debería tener. Y la Municipalidad, ni hablar, porque lo que recibí en el EMVIAL como en el ENOSUR fue desastroso. Tuvimos que hacer reparar un montón de máquinas y, así y todo, estamos haciendo calles que hace años que figuraban como asfaltadas y no lo estaban. Estamos dispuestos a terminar con estas cosas. Esto no puede ser más”, confesó el intendente.
Asimismo, indicó que “la situación no es buena, no es la ideal, lo tengo que decir claramente. Esto es consecuencia de muchos desaciertos y abandonos”.
Acto seguido, enfatizó que “la enorme cantidad de árboles que han caído se podrían haber evitado. Tal vez si hace siete u ocho años cuando yo plantee esta situación y les dije que había que podar los árboles de otra manera. Pero estaban con la estupidez de la poda selectiva y hoy tenemos esta situación. Los árboles -en muchos casos- no pueden tener la altura que tienen por un problema de física y era obvio que esto iba a ocurrir en algún momento”.
Finalmente, Arroyo recalcó que “tengo que tener tiempo y recursos para poder llevar adelante una obra de gobierno como la que quisiera, que involucra entre otras cosas, la poda a fondo de todos los árboles, lo que hubiera significado seguramente evitar esta situación que estamos viviendo. Hay que agradecerle a Dios que no hubo muertos, porque con la cantidad de árboles que cayeron -más de 200- es un milagro que no haya ocurrido una desgracia mayor”.