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Alvarado volvió a festejar sobre la hora con Cipolletti

Si hay algo que se puede quedar tranquilo el hincha de Alvarado, es que el equipo nunca se va a rendir, está bien físicamente y hay que esperarlo hasta el cierre de los partidos porque siempre tiene alguna alegría preparada. El conjunto de Mauricio Giganti desató una fiesta en el Minella ganando sobre la hora por 2 a 1 a Cipolletti de Río Negro por la sexta fecha de la Zona 1 del Torneo Federal A, para quedar como único escolta del puntero Ferro de Pico. Martín Quiles y, otra vez, Jonathan La Rosa, aparecieron para dar vuelta un partido que se escapaba.
Le costó a Alvarado, los rivales le plantean partidos muy complicados en Mar del Plata y será cuestión de Giganti y su cuerpo técnico encontrar como romperlos y poder manejarlos como lo hizo con Roca en la primera fecha. Tanto Villa Mitre hace 15 días, como Cipolletti hoy, cortaron los circuitos locales y después buscaron lastimar con los volantes externos y los dos delanteros. Las jugadas de gol no abundaron: Susvielles tardó mucho en definir y se la sacaron y Palisi casi sorprende por arriba en una jugada que terminó tras un rebote. Del lado de enfrente, una buena llegada de Weiner por derecha que Piñero Da Silva no pudo controlar cuando llegaba Del Prete para definir.
Aún sin jugar bien, las mejores ocasiones para abrir la cuenta fueron del “torito”. Litre sorprendió de cabeza por el segundo palo y Alasia sacó de casualidad con los pies. Molina la bajó muy bien con la zurda pero la tiró al lateral con la de “palo”. Y la prácticidad de Cipolletti pasó factura. En tres toques, llegó hasta las narices de Juan Francisco Rago. Aguantó Piñero Da Silva, tocó de taco para la trepada de Carrasco que desairó a Castro y definió ante la salida del arquero que amortiguó pero no pudo evitar que entrar pidiendo permiso.
Baldazo de agua fría en el Minella y un tramo final del primer tiempo en el que todo costó más, pasaron casi 10′ para que volviera a inquietar a Alasia y lo hizo sin demasiada profundidad, con un zurdazo de Molina mal pisado que se perdió lejos y un cabezazo de Federico Paulucci a las manos del “1”.
El complemento no cambió demasiado, Alvarado era más incisivo, sobre todo con Francisco Molina por izquierda, pero seguía careciendo de profundidad para llegar al arco de Alasia. Joaquín Susvielles fue siempre bien neutralizado por los centrales visitantes, salvo en una pelota aérea que cabeceó, pegó en la mano de un defensor, la cancha pidió penal y Ascenzi dejó seguir. Mauricio Giganti empezó a meter mano, mandó a Gonzalo Lucero y Emanuel Urquiza por Saucedo y Riera, rearmó con el planteo que utilizó en Madryn y tomó más peso en ataque por afuera. Cipo, agazapado, dio dos llamados de atención con Weiner y Piñero Da Silva que definieron mal.
Henry Homann hizo puesto por puesto en ataque a ver si con gente fresca aprovechaba una contra para definir la historia. Y la tuvo Jonatan Morán que definió suave, empezó la carrera del festejo y Paulucci, de manera providencial, y una gran corrida, se tiró y sacó sobre la línea para darle un quiebre al partido y dejar con vida a Alvarado. Esa jugada le dio el envión que necesitaba y fue por el empate. Y lo que no podía llegar por juego, llegó en una pelota detenida, trabajada, que manejó Caro, bajó Paulucci y Martín Quiles la empujó para sellar el 1 a 1.
Quedaban 5′ y todo podía pasar. Cipolletti estaba “groggy” y Alvarado salió decidido a noquearlo. Molina y Susvielles la pelearon, la recuperaron, el de Miramar abrió para Litre y el centro fue derecho a la cabeza de Jonathan La Rosa que abrió los ojos, no le tembló el pulso y metió un frentazo perfecto, cruzado, para dar vuelta la historia y desatar la fiesta en el José María Minella, de un Alvarado que no tenía respuestas pero no se rindió, siguió buscando, fue y fue para conseguir un triunfo vital, clave, esperado y que vale oro.

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